La bipolaridad es un trastorno mental caracterizado por periodos de alteración humorales, que abarcan desde el extremo de la disforia profunda hasta la euforia excesiva.
Se cree que el trastorno de la bipolaridad es causado por una combinación de factores genéticos, biológicos y ambientales. El trastorno se diagnostica en base a un cambio significativo en el estado de ánimo (de manera bipolar) a lo largo de varios meses. El trastorno de la bipolaridad se caracteriza por la presencia de episodios depresivos extremos, además episodios maníacos en los cuales los pacientes experimentan euforia excesiva, irritabilidad, incremento del nivel de actividad, pérdida del sueño, pensamiento descontrolado y concentración reducida.
La forma más común de bipolaridad es la Bipolar I, que se caracteriza por una expansión rápida del estado de ánimo en un corto periodo de tiempo. El trastorno de la Bipolar II se caracteriza por el comienzo de los episodios depresivos cuando los episodios maníacos tornean hacia los síntomas mixtos. Los síntomas más comunes del trastorno de la bipolaridad incluyen cambios extremos de humor, dificultad para concentrarse o dormir, niveles bajos o excesivos de energía, cambios en el apetito, sentimientos de ansiedad profunda, cambios de actitud o comportamiento, pensamiento descontrolado, irritabilidad, deberes y problemas sociales, comportamiento imprudente como el uso de drogas y el abuso físico, emocional y sexual.
Los pacientes con trastorno de la bipolaridad suelen experimentar diferentes problemas, especialmente durante los episodios extremos. Estos incluyen problemas relacionados con el empleo (por ejemplo, estabilidad, eficiencia, productividad y aprendizaje) así como problemas familiares (por ejemplo, discusiones, pleitos y conflictos). Estos incluyen trastornos de peso, aumento en el consumo de alcohol y tabaco, medicamentos no autorizados, tics y trastornos alimenticios. Los problemas físicos asociados a la Bipolaridad pueden afectar la salud física y la capacidad de funcionamiento y comprometer el éxito académico o laboral de los individuos afectados. El tratamiento se personaliza para cada paciente según el nivel de síntomas, la severidad, la duración y la resistencia a la medicación y la terapia. El tratamiento puede ser tan simplificado como la ayuda de profesionales de la salud pública o el involucramiento de un hospital a tiempo completo. Los efectos secundarios comunes de los medicamentos utilizados para el tratamiento de la Bipolaridad incluyen somnolencia, sequedad de boca, dificultades para hablar y entumecimiento u hormigueo en brazos y piernas. Entre ellas están las clases educativas para los afectados y sus familias, herramientas de autoayuda, solución de problemas y servicios de asesoramiento, entre otros. Existen también muchas organizaciones de apoyo para los afectados, como el Grupo Nacional de Apoyo para la salud Mental y el Grupo de Apoyo para la Bipolaridad. Estas organizaciones proporcionan ayuda a los afectados y sus familias a través de recursos, consejos y conectividad. Aunque no hay cura para el trastorno, muchas personas encuentran alivio a sus síntomas a través de la medicación, la terapia y los recursos educativos y de apoyo.
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