La burguesía es una clase social y económica de la que se deriva el capitalismo moderno. Esta clase social se desarrolló en el siglo XVI durante la Edad Media, cuando la antigua estructura feudal se fue disolviendo gradualmente para dar paso a la economía de mercado. Hoy en día, los burgueses ocupan un lugar entre los estratos sociales más ricos y poderosos del globo. Estas personas son conocidas por su alta educación, su éxito económico, el desarrollo de relaciones sociales y el compromiso de formular y promover una visión de mundo que consolide el orden existente.

Los burgueses siempre han tenido un importante papel en la creación y el desarrollo de nuevas instituciones. Dichas instituciones se caracterizan por su capacidad para concentrar el poder económico, político y social en manos de un pequeño grupo de personas. Los burgueses han utilizado y controlado los recursos financieros, políticos y sociales, para asegurarse el dominio de la economía y el Estado, así como para construir un estatus social paralelo.

Los burgueses definen su estatus económico a través de la posesión de tierras y capital.

Estos dos factores les permiten acumular bienes y riquezas de forma fácil y rápida.

El dinero se convierte así en un factor preponderante para el éxito social, dándoles a sus custodios un poder considerable. Los burgueses, por lo tanto, trabajan duro para incrementar la riqueza, crear nuevas relaciones de negocio y mejorar su posición social. Esta clase social se caracteriza por un concepto de la moral y del deber muy conservador y restrictivo. Los burgueses ven a la moral y el deber como una forma de imponer a los demás sus propias convicciones y conseguir la subordinación de los subalternos. Esto se traduce en la defensa de un estatus quo social y político que favorece a la burguesía a expensas de otros estratos más desfavorecidos. Por esta razón, la burguesía se opone tanto a las acciones revolucionarias como a un marcado aumento de los derechos de la clase trabajadora.

La burguesía también suele ser caracterizada como una clase culturalmente aquilatada.

Esta cultura se basa en la adquisición de talentos, conocimientos e habilidades que los burgueses consideran indispensables para el éxito. Así mismo, jamás les falta un sentido de competitividad necesario para acceder y conservar el liderazgo dentro del ámbito empresarial, político o social. Los burgueses siempre han defendido unos principios de comportamiento y responsabilidad moral, además de la unión de los miembros de la clase para promover la justicia social y el progreso económico.

Estos principios han servido como fuente de inspiración de muchos movimientos progresistas a lo largo de la historia, desde los florecillos de la Ilustración hasta los debates sobre el liberalismo económico de nuestros días.

En conclusión, la burguesía es una clase cuyo impacto económico, social y político ha sido enorme en la construcción del capital y el Estado actuales. Esta clase social se caracteriza por su compromiso con una visión de mundo conservadora y restrictiva, su alta educación, su capital acumulable, su orientación hacia la competitividad y la obediencia a un código de conducta que define los principios morales y éticos de la clase.

La burguesía ha sido clave para la construcción de nuevas instituciones y el impulso de movimientos progresistas, permitiendo así la expansión de modelos de negocio modernos y el progreso de la economía.

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