La Candelaria, conocida como la Fiesta de la Purísima Concepción, se celebra en la mayoría de los países hispanos el primer domingo de febrero o uno de los días antes o después.
Se trata de una fiesta religiosa celebrada en honor a la Virgen María y su concepción inmaculada. Aunque muchos la recuerdan solamente como una fiesta litúrgica, esta festividad católica se celebra también a través de distintas actividades populares.
Se cree que la Candelaria se originó en la Edad Media.
Durante la época, los cristianos reconocían la varias festividades en honor a la Virgen, informan los historiadores. Y como la celebración de la Purísima Concepción se ubicaba en la víspera de la Epifanía, la Iglesia misma acabó asociando una con la otra, en un único festejo.
En Santa Marta, Colombia, la Fiesta de la Candelaria se remonta al siglo XVI.
Allí, la tradición navigaba entre los círculos indígenas y la ciudad colonial, explican los estudios de la cultura local.
Los dominicos caribeños acabaron promoviendo el ritual en todo el continente.
El aprendizaje se dio con rapidez, y la tradición católica se notorizó en casi todo el mundo hispano. Los elementos con los que se festeja la Candelaria van desde la ceremonia religiosa hasta un personaje popular. El compromiso ceremonial consiste en una misa seguida de un desfile de antorchas, llevadas en honor a la Virgen. Durante las semanas previas al primer domingo de febrero, se organizan desfiles sensacionales por las principales calles de distintas ciudades. Miles de peruanos disfrazados como indígenas, soldados incas, reyes y reinas llevan velas en honor a la Virgen de la Candelaria. La ceremonia se acompaña con la bendición de la nueva luz, una vela votiva que simboliza el amparo de la Virgen. En esa isla, el culto se acompaña con el baile de la candela, una manifestación cuya estética se fusiona con momias cubanas. La cultura sudamericana celebra a María Auxiliadora, la Virgen que fue elegida por los caudillos venezolanos durante la guerra por la Independencia. El corolario se encuentra en los niños, quienes acostumbraban celebrar la Virgen con broches, franjas y collares rojos y azules. En gran parte del mundo hispanoparlante, la Fiesta de la Candelaria se ha vuelto un símbolo de la tradición religiosa y cultural. Los desfiles, la música, los bailes y el drama coral atestiguan esa relevancia; la Candelaria es una fiesta que jamás pasará.