La catalepsia es una situación en la que una persona entra en un estado en el que su cuerpo se vuelve rígido, por lo general necesita ayuda para cambiar de postura y no es posible que cambie de postura por sí misma.
En este estado, la persona afectada tiene una pérdida de conciencia y no responde a los estímulos. El término “catalepsia” se deriva del griego καταληψία (kata-lepsia), lo que significa “agarrar” y “ponerse en un estado de postración”. En la mayoría de los casos, esta condición es temporal y se pueden observar varios grados de debate entre los profesionales de la salud sobre la misma. Por ejemplo, algunos profesionales de la salud definen los cuatro grados principales, mientras que otros agregan grados adicionales, como el estado rigor mortis en el que la persona no puede moverse ni cambiar de postura de manera voluntaria.
En términos generales, los cuatro grados principales son:Pléjica: Esta es la forma más leve de catalepsia en la que el cuerpo y los músculos se vuelven laxos, lo que puede provocar una adormecimiento general.
A pesar de que los reflejos pueden estar presentes, la persona afectada suele tener una pérdida parcial de conciencia y por lo general no puede hablar ni moverse de forma voluntaria.
Opistótica: Esta es la forma más severa y el cuerpo pierde la permeabilidad.
El cuerpo se vuelve completamente rígido y la persona pierde la conciencia completamente.
Atetósica: Esta es una forma intermedia de la catalepsia en la que el cuerpo se vuelve rígido sólo parcialmente. La persona afectada recupera sus reflejos y puede responder a estímulos como el dolor, pero no puede hablar ni tener control voluntario sobre sus músculos. Sonambúlica: Esta es la forma más suave de catalepsia en la que el cuerpo se vuelve rígido parcialmente. A pesar de que hay una pérdida de consciencia, la persona afectada puede responder a instrucciones y hablar si se le instruye para hacerlo. Se dice que la catalepsia se ha experimentado a lo largo de la historia y ha sido descrita como un trastorno cultural asociado a varias culturas antiguas. Se cree que en la antigua Grecia, por ejemplo, la catalepsia estaba relacionada con la histeria. En la Edad Media, se cree que la catalepsia se experimentaba como parte de la posesión diabólica, en el sentido de que la persona afectada se convertía en una muñeca de cera rígida que podía ser manipulada por los demonios o un espíritu maligno.
Los profesionales de la salud generalmente asocian la catalepsia con la depresión, el estrés y los problemas psicológicos, aunque también se ha relacionado con algunos trastornos físicos como el tétanos, la enfermedad de Parkinson y el dolor crónico.
Si bien la catalepsia puede ser un fenómeno aislado en algunos pacientes, también se ha observado que los episodios pueden aumentar con el tiempo en los casos en los que hay trastornos psicológicos o problemas médicos subyacentes.
El tratamiento para la catalepsia depende del grado de debilidad muscular que presenta la persona y los síntomas asociados. La terapia psicológica, la terapia de grupo, la respuesta de relajación, la medicación para trastornos de ansiedad y depresión y el tratamiento farmacológico para trastornos físicos pueden utilizarse para tratar la causa subyacente de los episodios de catalepsia.
En algunos casos, la terapia cognitiva-conductual también puede ser útil en el tratamiento de algunas de las causas subyacentes de la catalepsia. En la mayoría de los casos, la catalepsia pasa sin provocar daño físico y la víctima de los episodios de catalepsia se recupera completamente. No obstante y como con cualquier trastorno orgánico, si la causa subyacente no se trata adecuadamente, el episodio de catalepsia puede volverse crónico lo que puede tener graves consecuencias médicas a largo plazo.
Por esta razón, es importante acudir a un profesional de la salud que pueda ayudar a la persona afectada a encontrar el tratamiento adecuado para sus síntomas.