La Constitución Española es una ley fundamental que estipula los derechos y libertades del pueblo español, al tiempo que reconoce los deberes y responsabilidades españoles. Fue aprobada por el pueblo español el 27 de diciembre de 1978, tras haber sido aprobada previamente por su Congreso de los Diputados. A pesar de que algunos de los derechos mencionados en la Constitución Española datan desde la época romana, la Constitución Española representa un avance significativo para el Estado de Derecho español.

Por lo tanto, esta fue la primera Constitución Democrática para España, realizada a partir de la búsqueda de consenso de la ciudadanía. De acuerdo con el título preliminar, la Constitución Española se estructura para preservar la libertad de los españoles; su derecho a la igualdad; el respeto a los derechos humanos y la legislación existente; y la protección de la integridad territorial del Estado dentro de España.

Estos principios legales son reforzados por los siguientes principios generales de la Constitución: En primer lugar, la soberanía nacional reside exclusivamente en el pueblo español. El pueblo español es el sujeto de la Constitución, ya que es el único que tiene el poder para establecer el régimen político del país. El reconocimiento de la soberanía nacional es concedido y fortalecido por el reconocimiento y el respeto a los principios de la libertad individual, la igualdad legal y la prohibición de discriminación de género, de edad, de raza u origen étnico, de religión y opiniones políticas.

Todas estas libertades están establecidas en los primeros diez artículos de la Constitución, que son la esencia de los fundamentos de la democracia española. Además de la libertad y la igualdad, los artículos 11 a 20 van más allá para estipular los derechos fundamentales de los españoles. Estos incluyen la inviolabilidad de la intimidad personal y familiar, el respeto al derecho a la propia imagen, el respeto a la comunicación y divulgación de ideas, libertades religiosas, libertad de expresión, libertad de reunión y manifestación, libertad de enseñanza, libertad sindical y derechos de los trabajadores, y la defensa de la naturaleza.

Finalmente, la Constitución Española estipula un procedimiento legislativo que busca un control democrático del gobierno.

Este control democrático está formado por tres órganos principales del Estado: el Rey, el Congreso de los Diputados y el Senado, cada uno con respetivas responsabilidades y derechos definidos por la ley.

Es importante destacar que el Rey es sólo la cabeza visible de la Corona, pero no ostenta ningún poder real en la Constitución Española. En su conjunto, los principios de libertad, igualdad y control democrático establecidos por la Constitución española los hacen uno de los ejemplos más profundos de democracia moderna. La Constitución Española se mantiene vigente después de cuatro décadas y codifica los deberes y derechos de la ciudadanía española dentro de sus fronteras.