La Cuaresma es un tiempo litúrgico de preparación espiritual para la celebración de Pascua, y comienza el Miércoles de Ceniza hasta el Sábado Santo o Vigilia Pascual.

Esta tradición se remonta al Séptimo Concilio de Nicea (A.

D.

787), que decretó que la Cuaresma debería durar 40 días para representar el tiempo que Jesús pasó en el desierto antes de su comienzo de su ministerio. Durante la Cuaresma los cristianos se preparan para la Pascua al hacer ejercicios espirituales y sacrificar cosas, como ayunar, y dar donaciones. El objetivo es recordar el sacrificio de Jesús en la cruz y los creyentes, individualmente, quieren reflexionar sobre las pruebas que él soportó. Mientras la Cuaresma es primordialmente un tiempo de preparación para la Pascua, también es un tiempo designado para la conversión y el arrepentimiento. Un mensaje común de la disciplina de la Cuaresma es la reflexión sobre cómo los cristianos viven su fe, y cómo pueden hacer mejoras para ser fieles a la voluntad de Dios.

Durante la Cuaresma, la liturgia acentúa la preparación para la Pascua a través de la reflexión y la oración.

La elegida para los domingos convencionalmente es alabar la presencia de Dios.

Las oraciones de los domingos de la Cuaresma hablan específicamente sobre el arrepentimiento y la conversión. La liturgia de la Cuaresma también recuerda los éxitos y fracasos de la humanidad y los momentos similaes a los que enfrenta Jesús en el desierto. Los textos que se asocian con los cultos de la Cuaresma incluyen las lecturas pertinentes de las Escrituras, que establecen una perspectiva para entender la vida, el don de la gracia, el juicio de Dios, y la oferta de la salvación de Cristo.

A veces los textos pueden incluir el Himno de la Cruz y el Himno de la Pasión. Durante esta época, muchas iglesias usarán también la liturgia de las estaciones para ayudar a los fieles a reflexionar sobre la cruz y glorificar a Dios. La liturgia de las estaciones consta de muchos himnos y poemas, lecturas de la Biblia, y un tiempo de silencio para orar. Las Iglesias también pueden usar esta liturgia para recordar los momentos en los que Jesús se entrega a la muerte. Durante la Cuaresma, para marcar el comienzo de cuarenta de días de preparación espiritual, los cristianos se someten al `Rito de Ceniza`, en el cual un sacerdote o pastor imprime una ceniza en la frente de los fieles y dice: `Arrepiéntete, y creed en la buena nueva` (Marcos 1:15).

Esto se hace para recordarles su pecado y lo que el sacrificio de Cristo significa para ellos. Los Ortodoxos Orientales celebran su Cuaresma más tarde en la temporada, y los católicos la celebran desde el Miércoles de Ceniza hasta la Vigilia Pascual. La Cuaresma sirve para recordar lo que la Pascua comporta, y lleva a los cristianos a un tiempo de consagración y preparación. Al celebrar las hermosas tradiciones de esta época, los cristianos se preparan para celebrar con alegría la gloria victoriosa de la Pascua.