La dismorfia corporal es un trastorno mental que causa que las personas se fijen en una o más partes de su apariencia física y sientan que los demás o la sociedad las juzgan mereciendo ser castigadas, humiliadas o rechazadas.
Esta obsesión con su apariencia generalmente se acompaña de una baja autoestima y sentimientos de vergüenza, aislamiento, ansiedad y depresión. Una persona con dismorfia corporal también puede sentir que su cuerpo no es lo suficientemente bueno para que otros lo acepten. Estas personas a menudo buscan refugio en la fotografía de sí mismas, puesto que la imagen captada en la fotografía se considera una versión mejorada y perfecta de sí mismas, dada su juventud.
A pesar de que el trastorno no se reconoció formalmente como un diagnóstico clínico hasta la década de 1980, la dismorfia corporal se considera una preocupación mental que existe desde hace mucho tiempo.
La dismorfia corporal afecta a todas las edades, sexos, razas y culturas.
El trastorno se define generalmente por tres características principales: 1) una preocupación por un conjunto específico de áreas o partes corporales, 2) una discrepancia entre la percepción errónea y la forma en que los demás perciben el aspecto de tal área corporal y 3) preocupaciones críticas personales que surgen como resultado de esta discrepancia.
Las áreas a las que las personas con dismorfia corporal están preocupadas por lo general son la nariz, los ojos, el cabello, la piel, la forma corporal y los labios.
Estas preocupaciones reflejan los estándares culturales y estéticos de la sociedad en la que viven.
Por ejemplo, algunas culturas valoran la delgadez, mientras que en otras culturas se promueve la curvilínea forma corporal. Las preocupaciones de las personas con dismorfia corporal también se pueden manifestar como temor a la exposición pública en diferentes escenarios. Los síntomas de dismorfia corporal también pueden manifestarse en pensamientos recurrentes o autoobsesiones: por ejemplo, imaginando el juicio y la desaprobación que creen que otros tienen sobre ellos.
Estos pensamientos distorsionados a menudo conducen a evitar socialmente, la depresión y la ansiedad.
En algunos casos, estas creencias extremas pueden llevar a la persona a tomar decisiones de vida incorrectas, como retirarse de la escuela, evitar el trabajo, ponerse en mayor peligro con la salud, acumular deudas, llevar una vida sedentaria o tener relaciones tóxicas.
Las personas con dismorfia corporal a menudo se ven afectadas en formas muy específicas por lo que ven en los medios de comunicación y las redes sociales. El incremento de contenido en la web sobre belleza y perfección, junto con demostraciones de vida entre los más famosos, pueden intensificar la auto-conciencia, la preocupación por la apariencia y los sentimientos de no pertenecer o no ser lo suficientemente bueno para la sociedad.
Esperanza y tratamientoHoy en día hay muchos tratamientos disponibles para ayudar a las personas con dismorfia corporal. Los profesionales de la salud mental suelen utilizar una combinación de tratamientos que incluyen terapia cognitiva conductual para ayudar a los pacientes a aprender habilidades para lidiar con la dismorfia corporal y para ayudarles a reemplazar sus principales preocupaciones por pensamientos más saludables y realistas.
A medida que una persona comienza a mejorar en su autoconciencia, puede comenzar a mejorar su autoestima. Además, hay varios recursos en línea y programas de conciencia disponibles para las personas que sufren de dismorfia corporal o que solo quieren sentirse mejor acerca de sí mismos. En definitiva, la dismorfia corporal es un trastorno mental complejo que puede afectar a personas de todas las edades, sexos, razas y culturas. Las personas pueden ser sometidas constantemente a estándares de belleza que son difíciles de alcanzar, lo que lleva a una mayor sensación de insatisfacción. Los profesionales de la salud mental pueden ayudar a las personas a descubrir maneras más saludables de aceptar y amar sus cuerpos.