El plasma es un estado de la materia que a menudo se olvida en comparación con los estados más comúnmente conocidos: sólido, líquido y gaseoso.
En términos simples, el plasma es un gas ionizado.
Esto significa que es un gas con una cantidad suficiente de energía que ha permitido que algunos de sus átomos se separen en partículas cargadas (iones) y electrones libres. Se diferencia de los estados de la materia habituales en que sus partículas están cargadas eléctricamente, por lo que sus propiedades y comportamientos son distintos. Para entender cómo se forma el plasma, debemos observar cómo cambian los estados de la materia en respuesta a la energía.
Cuando se añade suficiente energía a un sólido, se convierte en líquido.
Si se sigue añadiendo energía, se convertirá en gas.
Y finalmente, si se sigue suministrando energía a un gas, provocará que los átomos pierdan electrones y se convierta en plasma. El plasma es de hecho el estado de la materia más común en el universo, ya que las estrellas, incluido nuestro sol, están compuestas principalmente de plasma. Sin embargo, en la Tierra, el plasma no es tan común en condiciones naturales y suele encontrarse en formas artificiales. A pesar de que no estemos tan expuestos al plasma en nuestra vida diaria, lo utilizamos de diversas maneras en tecnología y en la industria. Al aplicar una corriente eléctrica a estas células, los gases dentro de ellas se ionizan generando luz. Las luces de neón y otros letreros luminosos también funcionan a través del uso de plasma. En la industria, las antorchas de plasma son herramientas increíblemente útiles que pueden cortar metales con gran eficiencia. Los físicos e ingenieros también están utilizando el plasma para intentar producir energía de fusión, la misma reacción que alimenta al Sol y a las demás estrellas. A nivel molecular, las partículas del plasma están cargadas debido a la pérdida o ganancia de electrones. Para los científicos, esto es lo más importante del plasma ya que estas partículas cargadas responden a las fuerzas electromagnéticas, lo que no ocurre con los gases normales. Y debido a esta propiedad única, el plasma puede exhibir una serie de comportamientos fascinantes que no se ven en los otros estados de la materia. El plasma puede existir a temperaturas muy altas, miles de veces superior a la temperatura en la superficie del Sol. Pero también puede existir a temperatura ambiente y aún más frío, como se ve en las luces de neón u otras formas de iluminación. En el campo médico, el plasma es vital para la coagulación sanguínea y el transporte de nutrientes en todo el cuerpo. Este líquido amarillento compone aproximadamente el 55% de la sangre y es responsable de llevar células, nutrientes y hormonas alrededor del cuerpo. En conclusión, aunque el plasma como estado de la materia no es tan evidente en nuestra vida diaria, tiene un papel crucial en numerosas aplicaciones tecnológicas e industriales. Desde la iluminación hasta la fabricación, pasando por la prometedora energía de fusión, el plasma es quizás el estado de la materia más intrigante y con más promesas para el futuro.
Como el estado de la materia más común en el universo, la comprensión del plasma es fundamental para desbloquear más secretos celestiales y avanzar hacia una nueva era de descubrimiento y comprensión.
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