Esta sílice es un compuesto formado por dióxido de silicio (SiO2) y existe como un polvo microscópico que se encuentra en la tierra, en los ríos y arroyos, y en el aire.
Los síntomas iniciales de la silicosis son dificultad al respirar, tos seca, dolores torácicos, dolor de cabeza, deterioro de la memoria, fiebre, pérdida de peso, cansancio y fatiga. A medida que la enfermedad progresa, se producen complicaciones como la tuberculosis, agravación de los síntomas respiratorios y, en última instancia, insuficiencia respiratoria crónica. Las personas más propensas a padecer de silicosis son aquellas que trabajan en minas de carbón y otros sectores mineros, y aquellas que trabajan con la tala y los procesos de producción de mármol, granito o otras piedras preciosas.
La minería, la tala y la producción de mármol, granito y otras piedras preciosas liberan cantidades considerables de sílice al medio ambiente. La silicosis se diagnostica normalmente a través de la realización de radiografías de tórax y un análisis de sangre para buscar antígenos de la enfermedad. El tratamiento de la silicosis se basa principalmente en reducir la exposición a la sílice, ya sea a través de la exposición a la sílice controlada o a través de la eliminación de la exposición.
El uso de respiradores y equipos protectores, así como la incorporación a salas de escape, también puede disminuir la exposición al riesgo de la enfermedad. Los medicamentos ayudan a reducir la irritación de los pulmones provocada por la enfermedad, y los inhaladores son usados para facilitar la respiración. La radioterapia regularmente está contraindicada en la silicosis, pero un tratamiento experimental llamado radioterapia con líneas láser externas es a veces usado para tratar la enfermedad. Se recomienda a las personas en riesgo de exposición a la sílice que tomen medidas para reducir el riesgo de enfermedad. Esto incluye el uso de equipo de seguridad adecuado para limitar la exposición, usar respiradores externos, evitar la inhalación directa de polvo y limpiar los filtros del aire regularmente. Por otro lado, se recomienda a las personas afectadas por la enfermedad que eviten las actividades y los ambientes con un alto nivel de polvo y que se aseguren de tomar el tratamiento adecuado para el aire y controlar su condición pulmonar.
La silicosis es una enfermedad crónica y generalmente progresiva que puede tener graves consecuencias, por lo que es de suma importancia tomar los pasos necesarios para reducir el riesgo de exposición a la sílice y recibir el tratamiento adecuado si la enfermedad se presenta.
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