La tota (talvez del quechua tuta) es una tradición argentina que se lleva a cabo principalmente entre los bailarines de folklórico, en la que los integrantes de una llamada “tota”, generalmente una pareja aunque también puede ser un líder con varias seguidoras, entablan un diálogo, a través de su danza y sus movimientos, con el objetivo de dar vida a una historia, generalmente de amor.
Esta discusión y el intercambio de movimientos se realiza de forma tanto armónica como crítica, y tiene como objetivo mostrar la destreza de los bailarines. La tota es una expresión musical, dancística y poética, que se ha remontado a la época colonial en la región pampeana argentina. Fue ayudando al desarrollo de esta danza la misma gente, quienes hicieron de ella una forma espontánea de comunicación con la finalidad de transmitir y contar sus propios relatos. A través de la danza, los espectadores pudieron ver, escuchar y tomar conciencia sobre la cultura rural y las vivencias de unos campesinos.
La tota se ha convertido en uno de los íconos más representativos del folklore argentino.
Los bailarines se esmeran en recrear una escena poética, proveniente de la cultura mediterránea rural.
Los bailarines tienen que contar una historia, empleando la sincronización de los movimientos para la narración misma.
La danza se sincroniza al sonido de la música, lo que crea mucha energía.
La colaboración entre los bailarines, tanto hombres como mujeres es vital para el éxito de la tota. El líder masculino coordina los movimientos y protege a su hembras seguidoras, mientras que las seguidoras exponen sus artes interpretativas y talento coreográfico. Incluye pasos de tango tradicional, movimientos simples y complejos, salidas y entradas, armónicas y pasajes rápido o lento, marchas, vueltas y complicados giros, todo dependiendo de la interpretación. La banda, formada por instrumentos tradicionales como el acordeón, el bombo y la guitarra, entre otros otorga el ritmo y la alegría necesarios para que “la tota” sea interpretada de forma exitosa.
La música determina el movimiento de los bailarines y es referencia para la interpretación de la poesía que se cuenta en este baile tradicional. Con respecto al vestuario, tanto los bailarines como la audiencia, son parte importante para su representatividad. El líder masculino suele vestir de un color destacado, generalmente negro y guiño, y las seguidoras vestir con blusas y polleras oscuras o vibrantes. La tota es una forma de arte que busca la integración de la cultura local argentina, para el entretenimiento de todos. La tota mantiene viva la cultura popular de la región y es una manifestación artística única.