La enfermedad renal crónica (ERC) se define como una afección crónica, progresiva caracterizada por alteraciones en el funcionamiento de los riñones. Esto ocasiona una disminución de la función de filtración glomerular (FFG) (disminución de menos del 15 % de la FFG en por lo menos 3 meses se considera como síntoma de ERC).
La uremia es un síntoma asociado a la ERC, que surge cuando los riñones no son capaces de filtrar adecuadamente los desechos del cuerpo, lo cual a su vez, resulta en la acumulación de materiales tóxicos en la sangre.
Se caracteriza por la presencia de altos niveles de desechos nitrogenados, lo cual a su vez, se asocia con síntomas como cansancio, vómitos, náuseas, Pérdida de peso, alteración del ritmo cardíaco, aumento de la presión arterial y pérdida de la función renal.
Los desechos nitrogenados son el resultado de la descomposición, desnaturalización y deterioro de lípidos, proteínas y carbohidratos. Los principales desechos nitrogenados son la creatinina, el ácido úrico, la urea, la amoniaco, los aminoácidos, la fosfatasa ácida y los sulfatos. El aumento en la cantidad de desechos tóxicos que circulan por la sangre puede causar diferentes enfermedades; estas incluyen anemia, hipertensión, hiperlipidemia, hiperuricemia y alcalosis metabólica. Estas enfermedades ocasionan fatiga, dolor muscular, pérdida de peso, anorexia, náuseas, diarrea, y otras manifestaciones comunes de la uremia. Es importante destacar que los síntomas de la uremia son muy similares a los de las afecciones renales agudas; sin embargo, la uremia generalmente es una condición irreversible. Por esta razón, se recomienda que los pacientes con ERC busquen tratamiento lo más pronto posible. Los principales tratamientos para la uremia incluyen la hemodiálisis, la diálisis peritoneal, la trasplante renal, la terapia de reemplazo renal y el tratamiento farmacológico.
Estos enfoques permiten eliminar los desechos del cuerpo utilizando una máquina especial para pasar una solución a través de los vasos sanguíneos del paciente. Esto permite eliminar los desechos tóxicos del cuerpo, prevenir la acumulación de líquidos asociados con la uremia, mantener el equilibrio de sodio, potasio, minerales, vitaminas y otros componentes vitales. La diálisis peritoneal es una técnica utilizada para impulsar el líquido a través del cuerpo a través de una válvula. Esta técnica también puede usarse para remover los desechos nitrogenados y tratamiento sintomático de la hipertensión y otras afecciones renales.
El riñón donado proporciona los mismos elementos necesarios que un riñón normal para eliminar los desechos del cuerpo. Estos medicamentos pueden incluir diuréticos, antihipertensivos, vitaminas y minerales suplementarios y otros medicamentos que ayudan a mantener los niveles de electrolytes en el equilibrio, así como la presión y el volumen sanguíneos.
Algunos tratamientos para la uremia incluyen la diálisis, la hemodiálisis, la trasplante renal, la terapia de reemplazo renal y el tratamiento farmacológico.
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