La ludopatía es un término usado para referirse al uso problemático e incluso patológico del juego. El término fue acuñado por el psiquiatra aleman Wilhelm Stein en 1938 para describir a los individuos que experimentan una profunda y patológica adicción al juego. La ludopatía es un trastorno del comportamiento adictivo caracterizado por una obsesión con los juegos, una compulsión a jugar y una incapacidad para controlar el juego. La persona con ludopatía se siente impulsad a jugar a cualquier costo, aunque ello implique daño económico, financiero, social, laboral y también psicológico para ellos mismos y, en algunos casos, también para otros.
Es importante señalar que, aunque la ludopatía es una adicción y está relacionada con los problemas de control de impulso, también puede ser un resultado de la ansiedad o la depresión, o el uso excesivo de drogas o alcohol.
Estos trastornos, muy comunes entre los ludópatas, pueden ser un precursor o una complicación de la ludopatía. Además, algunas investigaciones han demostrado que los individuos que sufren de ludopatía, generalmente tienen problemas con el autocontrol y las habilidades de auto-regulación. Estudios también han revelado que los juegos en línea son mucho más adictivos que los juegos tradicionales, como el bingo o los juegos de mesa. Esto sugiere que los juegos en línea y los videojuegos ofrecen a los ludópatas mayor accesibilidad, interactividad y satisfacción, lo cual contribuye a su adicción. Los síntomas de la ludopatía incluyen tener dificultad para controlar los impulsos, gastar mucho tiempo y energía en los juegos, perder el interés en la vida cotidiana, descuidar el trabajo, la familia, la escuela y el cuidado personal, mentir sobre el tiempo dedicado a los juegos, deudas excesivas relacionadas con el juego, y, eventualmente, una pérdida total de control sobre el juego.
Dado que la ludopatía puede ser un trastorno enraizado en trastornos emocionales subyacentes, un buen sistema de ayuda debe abordar estos trastornos, junto con el comportamiento obsesivo del juego.
Por ejemplo, la ludopatía leve, en la que las personas pueden recuperar el control sin ayuda profesional, puede ser tratada con auto-control, de terapia de apoyo y consejería para el refuerzo de habilidades de afrontamiento.
En el caso de trastornos algo más graves, los ludópatas pueden necesitar recurrir a modalidades de ayuda más intensivas. Estas pueden incluir consejería o terapia individual, terapia familiar y grupal, así como tratamientos con medicamentos. En los casos más extremos, en los que los ludópatas están en una situación desesperada, el ingreso en un centro de tratamiento para ludópatas es lo mejor que pueden hacer. Estos centros ya sea en forma de instituciones hospitalarias o de centros de rehabilitación fuera del hospital, ofrecen un soporte en ámbito clínico a aquellos que sufren de una grave adicción al juego.
Estos programas incluyen grupos de auto-ayuda, terapia grupal, terapia individual, a la vez que tratamientos farmacológicos si así lo requiere el paciente. La ludopatía no es algo de lo que las personas deban avergonzarse; como cualquier otra adicción, se pueden tratar los trastornos de juego si se sigue un programa adecuado. En primer lugar, sin embargo, los ludópatas necesitan admitir que tienen un problema y buscar ayuda de expertos, como profesionales especializados en tratar la ludopatía.
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