El mezcal es una bebida tradicional mexicana que ha ido ganando popularidad durante los últimos años. Se elabora a partir de la destilación del agave, una planta cuyo nombre científico es Agave Tequilana Weber. La producción de mezcal depende de la recolección del agave y de la destilación de su jugo. A diferencia de otros destilados como el tequila, el mezcal es una bebida hecha totalmente a mano. Esto se debe a que el proceso de destilación artesanal resulta más complicado y es muy respetuoso con los ingredientes naturales del cual se obtiene.
Su sabor es único y contempla aromas y sabores complejos.
Una de las principales características del mezcal es que tiene un sabor ahumado, gracias a los procesos de destilación usados para su preparación. También se pueden encontrar otros sabores pues dependiendo de la clase de destilación, el mezcal tendrá diferentes acideces, dulzores y amargos. El mezcal se produce principalmente en el estado mexicano de Oaxaca, con algunas excepciones como el estado de Durango. La región donde se produce ha mantenido sus tradiciones a través del tiempo, lo que ha permitido la producción de mezcal de alta calidad. En Oaxaca, la tierra donde se produce el mezcal es comúnmente conocida como `la tierra de mezcal”, y se han registrado más de 200 marcas de este destilado en la zona.
Otra característica interesante del mezcal es la época en la que se consume.
Mientras que en el tequila suele tomarse como acompañamiento de tacos y comida mexicana, el mezcal suele tomarse como un trago. Esto es porque su sabor más complejo lo hace una bebida perfecta para disfrutar sola o en compañía de amigos.
Se suele tomar con una pequeña cantidad de sal para disfrutar de sus tonos ahumados.
Su historia, los diversos procesos de destilación, la diversidad de los sabores y aromas de cada marca, y su sabor ahumado hacen de ella una bebida especial para disfrutar con amigos.
Manifiesta la creatividad de los artesanos mexicanos y testifica el orgullo con el que preparan este destilado.