El micelio es una estructura vegetal formada por una masa fibrosa formada por filamentos diminutos llamados hifas. Es un componente importante de los hongos y otras formas de vida superior que pueden ser encontradas en suelos y otros ambientes ricos en materia orgánica. El micelio es el sistema de nutrición y estructura de los hongos terrestres y actúa como un tipo de «cuerpo» a través del cual conectan todas sus partes. El micelio se extiende desde el cuerpo principal del hongo hacia el suelo en una estructura generalmente no visible a simple vista.

Un micelio está formado por hifas, que son tubos individuales hechos de celulosa.

Estas fibras son muy pequeñas y se unen entre sí para formar masas más grandes y densas.

Las hifas están unidas y tienen un diámetro de 0,5 a 10 μm.

Los hongos usan el micelio para buscar comida pasando el alimento desde el medio externo, luego filtrándolo y distribuyéndolo alrededor del micelio. Esto permite al hongo absorber los nutrientes del suelo sin tener que Necesidad de grandes movimientos físicos para localizar el alimento.

El micelio también es responsable del crecimiento y la reproducción de los hongos.

Los hongos no se reproducen mediante esporas, como lo hacen la mayoría de los otros grupos de organismos superiores, sino mediante la formación de un nuevo micelio con diferentes uniones entre las fibras.

El crecimiento del micelio es muy similar al de las raíces de las plantas, pero hay algunas diferencias fundamentales. Por ejemplo, mientras que las raíces son generalmente densas, el micelio de un hongo es ligero y esponjoso y se extiende mucho más en el suelo que las raíces. El micelio puede extenderse muchas millas, con una sola colonia de hongo capaz de cubrir muchos acres de tierra. Esto se debe a que el micelio es capaz de diseminar mensajes químicos por toda la colonia para atraer a un huésped para alimentarse. Estos mensajes se liberan desde el micelio como CAMP (compuestos químicos atractivos y repelentes) o GNA (glucanos atractivos). Estos compuestos químicos atraen a los organismos huésped, como insectos o mamíferos, hacia el hongo para que puedan alimentarse de sus nutrientes. Este mismo proceso de excreción de CAMP y GNA se extiende a la microecología y permite la dispersión de la información genética entre los hongos de una región. Esta información genética contiene las claves del éxito para los genes que permiten a una criatura sobrevivir y propagarse a través de un área. Esto también explica por qué algunas especies de hongos son muy resistentes a ciertos ciclos de contagio. En conclusión, el micelio es una estructura clave para la vida del hongo y otros organismos superiores. Forma un sistema vital utilizado por los hongos para transportar nutrientes desde los suelos y también para transportar y compartir información genética con otros hongos de la región. Además, el micelio actúa como un sistema de defensa por su capacidad para secretar diferentes compuestos químicos en el suelo para atraer o repeler ciertos organismos. Esta maravillosa estructura también le permite a los hongos dispersar su especie, resistir las enfermedades y sobrevivir en entornos cambiantes.