La misofonia se refiere a un trastorno neuropsicológico en el que una persona experimenta sensaciones extremadamente desagradables cuando oye o visualiza determinados sonidos o movimientos.
Se conoce como sensibilidad química multimodal (SCM), un estado de reacción a estímulos externos en el que la persona afectada experimenta emociones negativas, como ira, ansiedad y depresión. Estas sensaciones se pueden considerar como una forma de respuesta fisiológica involuntaria a un estímulo, una respuesta automática que sucede sin el control consciente de la persona afectada. Los sonidos que inducen las sensaciones desagradables asociadas con la misofonia causan una amplia variedad de reacciones, desde el aumento de la presión arterial hasta la tensión muscular. La lista de estímulos asociados con la misofonia es extremadamente variable: la comida masticada, el sonido del lápiz al escribir, los suspiros, los golpes, el sonido de la voz de alguien, la música, los animales, y muchos otros sonidos y movimientos del entorno, entre otros.
No se conoce con certeza la causa de la misofonia, aunque existen varias teorías que tratan de explicar los efectos de esta condición. Una de ellas sugiere que podría existir una conexión entre la misofonia y el síndrome de dolor miofascial: una condición en la que el malestar resulta de la actividad muscular anormal, lo que podría explicar la sensibilidad exagerada de algunas personas a ciertos estímulos.
Según esta teoría, los trastornos en la actividad de los músculos, como resultado de problemas de malinterpretación cerebral, pueden provocar debilidades y malestar general. Una segunda teoría propone que hay personas con trastornos en el sistema autónomo, el sistema que controla las respuestas corporales automáticas al estrés, que son especialmente sensibles a los sonidos y movimientos.
Aunque los síntomas de la misofonia son muy desagradables para quienes la padecen, existen tratamientos psicológicos y terapias que pueden ayudar a las personas afectadas a manejar los síntomas. Por ejemplo, la cognitivo-conductual (CCT) es una técnica que ayuda a los pacientes a controlar sus síntomas y les ayuda a modificar sus estados emocionales. La Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) también se ha utilizado para tratar la misofonia y otros trastornos relacionados. Esta terapia se centra en la aceptación de los sentimientos negativos, el descubrimiento de patrones de pensamiento y la exposición gradual a situaciones estresantes. Existen también tratamientos farmacológicos, como los antidepresivos, antipsicóticos y los anticonvulsivos, que pueden ayudar a reducir los síntomas asociados con la misofonia. En resumen, la misofonia es un trastorno neuropsicológico en el que una persona experimenta emociones extremadamente desagradables cuando oye o ve determinados sonidos o movimientos. No se conoce con certeza la causa de esta afección, aunque existen varias teorías que tratan de explicar sus efectos. Afortunadamente, existen tratamientos psicológicos, como la CCT y la ACT, y tratamientos farmacológicos, que se pueden implementar para ayudar a las personas afectadas a manejar las sensaciones desagradables asociadas con esta condición.
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