Odinofagia es el término clínico para la ingestión compulsiva de alimentos.
Se trata de un trastorno alimenticio en el que la persona pierde el control sobre su ingesta y suele consumir grandes cantidades de alimentos en un período corto de tiempo. Esta conducta se considera una manifestación de trastorno de la alimentación en el que la persona come compulsivamente y suele tener dificultades para controlar su consumo alimenticio. Aunque la odinofagia es comúnmente asociada con el trastorno de la alimentación compulsiva/impulsiva (TCA/I), no todas las personas que la padecen necesitan un diagnóstico de TCA/I.
Algunos pueden comer compulsivamente sin tener ninguna de las características clínicas del trastorno.
Si las personas se limitan a comer grandes cantidades de alimentos de forma intermitente, en lugar de hacerlo regularmente, también se puede considerar un comportamiento alimenticio compulsivo y no un diagnóstico de TCA/I.
La odinofagia se ha relacionado principalmente con problemas psicológicos, tales como depresión, ansiedad, estrés y soledad.
Estas emociones psicológicas pueden contribuir a la ingestión excesiva de alimentos.
La odinofagia también se puede ver en personas que sufren trastornos alimentarios, como la anorexia o bulimia. Estos trastornos suelen estar asociados con la comida excesiva, los altos niveles de estrés, la ansiedad y los trastornos de imagen corporal. Puede ser difícil para estas personas controlar sus impulsos alimentarios y limitar su ingesta al comer. Algunos estudios han demostrado que las personas con odinofagia tienen niveles anormalmente altos de serotonina y dopamina, dos neurotransmisores importantes involucrados en el control del apetito. El tratamiento de la odinofagia puede incluir una combinación de terapia cognitivo-conductual, nutrición y medicación antidepressiva (SSRIs). La terapia cognitivo-conductual es un tratamiento en el que la persona aprende a manejar mejor los sentimientos, pensamientos y comportamientos negativos que alimentan la odinofagia. Por ejemplo, la persona puede aprender a identificar los sentimientos que son desencadenantes de la alimentación compulsiva, así como a resistir estos antojos y controlar mejor su alimentación. Los nutricionistas también pueden ayudar a las personas a establecer hábitos alimenticios saludables y acompañar a las personas durante su recuperación. Estas personas también pueden diseñar planes de alimentación que satisfagan los necesidades nutricionales personales y específicas, así como ayudar a prevenir algunos desencadenantes alimenticios comunes. Finalmente, los medicamentos para el tratamiento de la odinofagia incluyen los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, un tipo de medicación antidepressantiva. Estas drogas pueden ayudar a reducir los antojos alimenticios, restablecer los niveles de serotonina en el cerebro y aliviar algunos de los efectos de la odinofagia. Cualquiera que sospeche que tiene o conozca a alguien con odinofagia debe ponerse en contacto con un profesional de la salud para evaluar y obtener un tratamiento adecuado.