La onicofagia es un trastorno de comportamiento que se caracteriza por el consumo compulsivo de las propias uñas y/o los bordes de la piel alrededor de las uñas. Se trata de un hábito común entre los niños pequeños, aunque también puede ser una adicción para ciertos adultos. El trastorno se caracteriza por una conducta movida por una necesidad apremiante de morderse con fines de ejercer sufrimiento o auto-calmarse. La onicofagia es una forma de aprendizaje adverso que se origina en la edad temprana y se convierte en un comportamiento reforzado. Esto puede ser el resultado de una serie de factores ambientales, como la madre que muerde las uñas de su hijo como una forma de castigo o como un hábito de relajación para el pequeño.
En adultos, el trastorno puede ser el resultado de la ansiedad, la depresión, la necesidad de calmarse, la falta de habilidades de afrontamiento adecuadas, un abuso infantil o la necesidad de reducir la estrés o el malhumor.
A medida que las personas más mayores con el trastorno de onicofagia buscan ayuda, campañas de concienciación se han realizado en los medios y sin duda han acentuado el interés por esta conducta problemática.
La onicofagia es un hábito que causa daños físicos, como lesiones, infecciones e incluso el desarrollo de ciertas enfermedades. Psicológicamente, el trastorno también tiene implicaciones negativas, como la vergüenza, la falta de autoestima y el sentimiento de ansiedad y depresión.
Afortunadamente, existen varias técnicas eficaces para ayudar a controlar la conducta dañina de la onicofagia.
Primero, hay que establecer e intentar seguir los motivos de la conducta onicofágica.
Si es el resultado del estrés, entonces es importante enfrentar y afrontar las situaciones problemáticas de la vida de una forma más sana.
Muchos profesionales recomiendan la terapia cognitivo-conductual como una forma efectiva para abordar este difícil problema.
La terapia cognitivo-conductual funciona al ayudar a trabajar en los pensamientos y las situaciones que provocan el comportamiento de la onicofagia. Otras actividades para aliviar el estrés se pueden incorporar en la vida diaria de una persona para reducir el impulso de morderse las uñas. Estas actividades podrían incluir técnicas de relajación, yoga, técnicas de respiración profunda, escritura creativa o técnicas de imaginación positiva. Buscar una alternativa para ocuparse el tiempo o evitar situaciones estresantes es una forma importante para lidiar con la conducta. Por último, una forma específica de tratar la onicofagia es el uso de los cubre-uñas o problem-inhibidores. Estos cubre-uñas se ajustan a las uñas con cinta adhesiva para hacerlas desagradables para los mordedores compulsivos. Estos cubre-uñas generalmente se usan como una extensión del tratamiento en lugar de una solución independiente. El trastorno de la onicofagia es una afección compleja que, de no tratarse, puede afectar la calidad de vida de una persona. Una vez que estos dos pasos se completan, la persona puede tratarla con tratamientos, tales como terapia cognitivo-conductual, técnicas de relajación y cubre-uñas. Estas pueden ser aplicadas de forma conjunta para proporcionar un mejor cuidado a las personas que experimentan problemas con la onicofagia.