Los queloides son áreas del tejido cicatricial anormales, que crecen y se extienden más allá de la lesión de la piel original. Estas cicatrices hipertróficas suelen ser mucho más prominentes, redondas, descoloridas o rojas que los tejidos cicatriciales normales. Se ven comúnmente después de una cirugía, una quemadura, una infección, un tratamiento con láser, una inyección de vacuna, lesiones deportivas y muchas otras afecciones de la piel. A medida que la piel intenta sanar la zona afectada, células de la piel, fibroblastos, desarrollan tejido cicatrizal excesivo y se ponen en marcha una compleja red de señales celulares, por lo que el tejido cicatrizal se extiende y se vuelve anormalmente grueso y de color rosado.
De acuerdo con algunos expertos, la producción anormales de colágeno, elastina, proteínas fibrosas y glucosaminoglicanos, entre otros, se cree que juegan un papel en el desarrollo de queloides. Los queloides pueden variar en tamaño desde algunos milímetros hasta varios centímetros en diámetro y su apariencia puede variar desde discretos y suaves hasta grandes, gruesos, con protuberancias, ásperos y marcados con tintes rojos o plateados.
Los queloides también se observan con mayor frecuencia entre las mujeres de 10 a 30 años que entre los hombres. Aunque los queloides pueden desarrollarse en cualquier parte del cuerpo, son más comunes en el cuello, el pecho, el hombro, el lóbulo de la oreja y la espalda. Los tumores también se ven a menudo alrededor de la línea del cabello y alrededor de las cicatrices en la cara que se han sometido a cirugías y tratamientos extensos con láser.
Las lesiones en el pecho, los hombros y la parte posterior son más propensas a los queloides. Además, la hiperpigmentación queloide, que es una apariencia de la cicatriz con un tinte más oscuro, puede atraer más atención muerta. Estos pueden abarcar la aplicación de esteroides de varias formulaciones (inyectables, tópicas y tópicas), inyecciones de toxina botulínica, terapias con láser (láser CO2, láser de erbio YAG, láser de pulsos cortos superpulidos), radioterapia, crioterapia (aplicación de frío extremo) y cirugía reconstructiva.
Por ejemplo, los tratamientos quirúrgicos son útiles para reducir el tamaño de los queloides, pero son menos efectivos en la prevención del crecimiento ulterior. Los queloides son una preocupación estética común y la investigación continúa para ayudar a los pacientes a encontrar tratamientos eficaces para su condición. Es importante aprender acerca de los tratamientos disponibles antes de tomar una decisión, ya que no todos los tratamientos son los mejores para todos los casos. Por ejemplo, las mujeres embarazadas, los pacientes que fuman y aquellos con enfermedades del colágeno tienen un mayor riesgo de padecer queloides. Los pacientes con problemas de cicatrización más extensos, como aquellos con antecedentes familiares o enfermedades autoinmunes, también son más propensos a desarrollar queloides. Por lo tanto, es importante discutir con el médico los factores de riesgo y las opciones de tratamiento apropiadas para reducir el riesgo de desarrollar queloides.
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