El sarcoma de Ewing (SE) es un tipo de cáncer óseo maligno que afecta a niños y adolescentes. En los Estados Unidos se diagnostica aproximadamente 3 a 5 casos por millón de menores de 15 años cada año. Esta enfermedad se caracteriza por el crecimiento de células cancerosas malignas alrededor y dentro del tejido blando y los huesos. El SE generalmente aparece en los huesos largos como el fémur (hueso de la cadera) o el húmero (hueso del brazo), pero también puede afectar la columna, los huesos pélvicos, los huesos costales, los huesos del costillar o algunas otras partes del cuerpo.
Los síntomas pueden variar dependiendo de la ubicación del tumor.
La fatiga, el malestar y los dolores musculares pueden ser algunos de los primeros signos.
La hinchazón en la zona afectada, los problemas de movilidad, la disminución de la movilidad, el dolor intenso en una zona concreta y el crecimiento excesivo del hueso también se observan con mayor frecuencia entre los pacientes.
La forma como un paciente experimenta los síntomas depende en gran parte de la ubicación del tumor. Por ejemplo, si el tumor se encuentra en el brazo, es muy probable que el paciente experimente dolor y/o movilidad limitada en la muñeca o el codo. Si el tumor está en el área de la cadera, el dolor de espalda y estrepitoso pueden ser algunos de los primeros síntomas.
La presencia de una molestia constante también es común en pacientes con SE.
En algunos casos, los pacientes pueden presentar signos de inflamación, enrojecimiento e incluso aumento de temperatura en la zona afectada. El paciente puede experimentar dificultad para respirar si el tumor afecta los huesos que rodean al tórax, puede presentar expectoración de sangre si el tumor afecta los pulmones y también síntomas gastrointestinales si el tumor afecta la pelvis o el abdomen.
Todos los pacientes con sarcoma de Ewing deben ser cuidados por un equipo multidisciplinario de especialistas. Esto incluye a oncólogos, cirujanos ortopédicos, médicos radiólogos, trabajadores sociales, terapeutas del habla y nutricionistas, entre otros. Los tratamientos para este tipo de cáncer incluyen la cirugía, la radioterapia, la terapia sistémica e incluso la inmunoterapia. Estos tratamientos ayudarán a controlar el tumor y a mejorar la calidad de vida de los pacientes. El sarcoma de Ewing puede tener un impacto significativo en los individuos que lo padecen, pero es importante recordar que hay tratamientos disponibles para ayudar a mejorar la calidad de vida.
El diagnóstico precoz es esencial para el tratamiento de los síntomas y la prevención de complicaciones a largo plazo. Los médicos deben continuar realizando vigilancia cuidadosa de los pacientes durante los años posteriores al tratamiento para detectar signos de recurrencia y para determinar la progresión de la enfermedad.