El espacio Schengen es una zona que abarca a 26 países de Europa que han acordado abolir los controles de pasaportes y cualquier otro tipo de controles en sus fronteras mutuas.

Esta zona fue establecida por el Acuerdo de Schengen de 1985 que lleva el nombre de la pequeña ciudad de Schengen en Luxemburgo donde fue firmado. Dentro del espacio Schengen, los ciudadanos, muchos no ciudadanos, los empresarios y los turistas pueden moverse libremente sin ser sometidos a controles de fronteras. Desde 1985, ha crecido y hoy incluye a casi todos los países de la Unión Europea y algunos países asociados. Los estados miembros del espacio Schengen son: Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Suecia, Portugal, Polonia, Noruega, Malta, Luxemburgo, Lituania, Liechtenstein, Letonia, Italia, Islandia, Hungría, Grecia, Suecia, República Checa, Suiza y los Países Bajos.

El convenio eliminó los controles de fronteras internas lo que facilitó la libre circulación de personas entre los estados miembros. Sin embargo, también fortaleció los controles de fronteras externas para garantizar la seguridad dentro de la zona libre de fronteras. Por lo tanto, hay procedimientos uniformes para los controles que se llevan a cabo en estas fronteras externas. Las reglas y regulaciones de la zona Schengen se aplican a todos los viajeros, sean ciudadanos de Estados miembros o ciudadanos de terceros países. Los ciudadanos de terceros países que entran en la zona Schengen están sujetos a controles de fronteras y, dependiendo de su país de origen, pueden necesitar una visa para entrar. El espacio Schengen tiene un impacto significativo en la vida de las personas que viven en los Estados miembros. Facilita el turismo, el comercio, los negocios y el estudio en el extranjero, ya que las personas pueden viajar fácilmente de un país a otro sin la necesidad de pasar por controles de fronteras.

La eliminación de los controles de fronteras también ha tenido un impacto en la economía de la región.

La facilidad para viajar ha facilitado el comercio y la inversión entre los países miembros.

Por otro lado, la eliminación de las fronteras ha llevado a algunos desafíos en términos de seguridad.

Ha habido preocupaciones sobre el crimen transfronterizo y la inmigración ilegal.

En respuesta a estas preocupaciones, el Sistema de Información de Schengen (SIS) fue establecido para compartir información entre los Estados miembros para el propósito de la ley y el control de fronteras.

En el sistema, las autoridades nacionales pueden ingresar y consultar alertas sobre ciertas categorías de personas y objetos. De esta manera, cada país puede acceder a información esencial para su seguridad y para la seguridad colectiva de la región.

Es importante señalar que el espacio Schengen no se ocupa de las reglas de aduanas.

Del mismo modo, cada país tiene su propia política de inmigración y asilo, que no está cubierta por el Acuerdo Schengen. En conclusión, el espacio Schengen ha facilitado enormemente el viaje y los negocios en Europa, eliminando los controles de pasaportes en las fronteras internas y fortaleciendo las fronteras externas. Mientras que sus ventajas son innegables, también introduce ciertos desafíos en términos de seguridad y control de inmigración. Sin embargo, las ventajas generales hacen que el espacio Schengen sea una parte crucial de la Europa moderna.