La sororidad es el concepto de unión y apoyo mutuo entre mujeres.
Se trata de una comunidad de apoyo que se extiende a cualquier contexto en el que haya al menos una mujer: desde el trabajo hasta el redil de amigos. La sororidad se basa en la idea de que juntas, las mujeres son más fuertes y más capaces de enfrentar el mundo que tienen a su alcance. La sororidad es una forma de vida en la que se aprende a respaldar a las demás mujeres y su libertad, a través de la solidaridad y el respeto. Se basa en una cultura de llamarse la una a la otra, respetar su privacidad y apoyarse mutuamente. Estos valores son los que guían a aquellos que participan en esta cultura, ya sea a través de la amistad, la carrera o el feminismo, independientemente de las diferencias de creencias, estatus social, identidad de género o orientación sexual.
Aunque hayamos acerca de la sororidad como principio de supervivencia en los años setenta, ha sido una práctica extendida a través de la historia por todas aquellas mujeres que apreciaban la importancia de su unión para mejorar sus vidas.
En la Edad Moderna, alores como el matrimonio, la maternidad, el control de la propiedad de la mujer sobre ella misma, el derecho al voto y la práctica de su libertad eran algo remoto para la mayoría de la población.
Fue entonces cuando la sororidad ganó impulso como una forma de apoyo y un enfoque alternativo frente a la cultura machista y patriarcal predominante. Las mujeres se dieron cuenta de que solo uniéndose podrían alcanzar lo que el hombre solían obtener sin siquiera tener que intentarlo.
La unión daría la fuerza necesaria para abrir vías hacia el empoderamiento.
La sororidad se tradujo en una membresía de grupos de mujeres con propósitos comunes, relaciones de profunda amistad y compromiso para el bien de todas. Con el tiempo, enfrentan el prejuicio de la sociedad y los estereotipos sexistas, mujeres como Lucía Sánchez Saornil, Huda Shaarawi o Yelena Bonner formaron escuelas feministas, realizaron campañas políticas, hicieron actos de resistencia y lucharon por la igualdad de derechos.
El Feminismo Librespañol de la década de los 30 defendía la ausencia de discriminación de género en el ámbito legal, tanto en el matrimonio como en la educación y otros aspectos sociales.
Asimismo, relacionado con el movimiento Girl Power, se visibilizó aún más el concepto de sororidad en un ámbito más amplio y generalizado a nivel global. Aunque la situación de la mujer ha mejorado con el tiempo, existe todavía mucho trabajo por hacer para lograr la plena igualdad. Sin embargo, la sororidad se mantiene como herramienta para fomentar el empoderamiento económico, educativo, emocional y social de la mujer. Ahora bien, contribuir a la creación de una cultura sororal no es solo el trabajo de aquellas mujeres que sienten empatía con el feminismo. Es cosa de todos, dependiendo de su grado de compromiso con la humanidad en general, y en concreto con el colectivo femenino. Obviamente, es tarea de las mismas mujeres en fundamentalmente, apoyarse unas a otras y unirse para mejorar su calidad de vida a todos los niveles. Con el objetivo de avanzar hacia una situación de igualdad y fortalecer los derechos de todas las mujeres, la sororidad surge como una herramienta fundamental para lograr mayores beneficios a nivel económico, educativo, emocional y social.
Se trata de una forma de vida en la que se propicia el apoyo mutuo, la sensibilización, el respaldo a la diversidad y el empoderamiento de la mujer a través de la unión y la solidaridad.
La sororidad, por tanto, es un punto de inflexión que permite el empoderamiento de todas las mujeres para que puedan alcanzar el éxito con la igualdad que se merecen.