Un swap es un acuerdo entre dos partes para intercambiar activos financieros y/o flujos de pagos a lo largo de un período de tiempo específico. Los swaps se han convertido en uno de los instrumentos financieros más usados en el mercado, con una variedad de transacciones de bajo y alto riesgo que engloban una gran cantidad de activos desde monedas hasta índices bursátiles, fondos de inversión y rentas fijas.
Un swap es un instrumento similar a una opción ya que pertenece a la categoría de instrumentos “derivados”. Los derivados se pueden definir como una o más formas de precio de un activo subyacente conocido.
Por lo general, los swaps involucran cambios entre bonos, índices bursátiles, monedas, intereses e incluso materias primas. Pero el tipo más común de swap implica intercambiar flujos de efectivo futuros entre dos partes. En una transacción de swap los participantes acuerdan términos para el intercambio contractual, como por ejemplo tasas de interés, monedas, cantidades de dinero, fechas de vencimiento y grado de responsabilidad en caso de incumplimiento.
Cualquiera de estos términos puede implicar intercambios en el precio de los activos o la tasa de interés. Estas transacciones se encuentran fuera de los mercados convencionales, lo que significa que para cerrar una transacción los participantes están obligados a respetar el acuerdo bilateral. El uso de swaps ha cobrado un nuevo ímpetu con el anuncio de estrategias de tasas de interés por parte de bancos centrales de todo el mundo. Los bancos centrales pueden operar en el mercado de derivados con el fin de mitigar los riesgos y asegurar la integridad de los precios para los activos subyacentes. Esto significa que los swaps pueden ofrecer alguna forma de estabilidad dentro del mercado de derivados e incluso dar seguridad a los participantes en el mercado.
La variedad de derivados que entran en juego en un acuerdo de swap significa que los dos explotantes pueden adaptar el tratado para satisfacer sus necesidades específicas, lo que es especialmente útil para los participantes más grandes en el mercado.
Los intercambios permiten a los titulares de grandes sumas de capital obtener beneficios de los movimientos de precios en los diferentes mercados financieros, ya sea que estén invertidos al alza o a la baja.
Por último, los swaps ofrecen a los participantes una forma de cobertura contra el riesgo que implica transaccionar en los mercados financieros, especialmente si los niveles de volatilidad son elevados. Esto significa que los titulares de capital pueden disminuir su exposición al riesgo mediante el uso de swaps, lo que por lo general significa una mayor seguridad a largo plazo. En definitiva, los swaps se han convertido en una herramienta popular para los inversores y los bancos centrales. Los intercambios ofrecen seguridad y flexibilidad para los participantes a la vez que les permiten participar en la evolución de los mercados financieros sin asumir grandes riesgos. Además, las diversas transacciones que entran en juego en un acuerdo de swap significan que los inversores pueden beneficiarse tanto del alza como de la baja en los precios.
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