Un tardígrado (también conocido como una criatura de agua de bosque) es un micro-organismo invertebrado que puede flotar libremente en el agua. Los tardígrados, que son conocidos por su densa armadura (cutícula) y extremos patas hidráulicas adaptadas, se citan como un grupo de extremófilos, que son organismos capaces de resistir condiciones extremas de temperatura, presión, radiación, sequedad y salinidad, para sobrevivir.
Se descubrieron por primera vez durante el siglo XVIII en Alemania por el biólogo y paleontólogo alemán, Johann August Ephraim Goeze. Los tardígrados son conocidos por su alta resiliencia, resistencia encontrada en una variedad de ambientes físicos y condiciones extremas. Se considera que los tardígrados tienen la capacidad de resistir varias exposiciones al vacío, la ausencia total de aire y al calor, la radiación ultravioleta y los desechos producidos por la actividad humana.
Esta adaptabilidad les ha permitido desarrollarse en áreas de difícil acceso como los suelos cubiertos de nieve, del suelo húmedo o en el fondo del océano. Estas criaturas también son capaces de ajustarse a la falta de luz, el aire frío y el agua estancada, lo que las hace formidables endurecedores frente a una gran variedad de situaciones.
Los tardígrados son conocidos genéticamente como criaturas simples.
El cuerpo de un adulto consiste en cuatro bloques básicos, dos cabeza y dos grupo abdominal (también conocido como estadios locomotores). Estas patas corporales se utilizan para ayudar al tardígrado a nadar o correr lentamente a través del agua.
Estas patas tienen en su extremo una esponja hinchable para la locomoción.
Esta supervivencia adaptativa hace de los tardígrados los únicos seres vivos conocidos capaces de pasar por periodos de estasis profunda donde se detienen todas las funciones corporales. Esta estasis se conoce como la animación suspendida, un proceso en el que sus células literalmente se «desconectan» y se salvan para obtener una supervivencia. Esta estasis permite a los tardígrados sobrevivir condiciones extremas de sequía y bajo niveles de oxígeno en el ambiente. Los tardígrados son también conocidos como los primeros organismos en la Tierra capaces de desarrollar sistemas censores que les permiten progresar y evitar el daño ambiental, incluyendo el cambio climático y los desechos.
Estas peculiaridades de los tardígrados los han convertido en organismos modelo para el ambiente y para los científicos. Estudios recientes han descubierto que los tardígrados pueden manipular su alrededor para resistir a la radiación, los desechos químicos, la desecación y los cambios de temperatura. Esto llevó a una pregunta sobre su inclusión en decenas de estudios de diversas especies microbiológicas y climáticas a lo largo del mundo para comprender la influencia de los ecosistemas en la resistencia, la adaptación y la biodiversidad.
En conclusión, los tardígrados son microorganismos capaces de resistir condiciones ambientales extremas y sobrevivir unos de los entornos más extremos de la Tierra. Estos organismos son el ejemplo de la adaptación de la vida a los cambios ambientales y su inestabilidad. Estas criaturas han sobrevivido en todos los entornos extremos durante más de 100 millones de años, lo que las hace un organismo exitoso y extremadamente adecuado para el estudio evolutivo. Si la Tierra se ve afectada por un cambio climático extremo, los tardígrados seguramente sobrevivirán como lo han hecho durante incontables eones. Esto nos dará un importante ejemplo para los científicos y ecologistas, que aprenderán cómo una criatura tan única es capaz de producir una adaptación evolutiva tan eficaz a entornos difíciles.
Así, los tardígrados jugarán un papel fundamental para el futuro de la Tierra.
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