El tétanos es una enfermedad infecciosa causada por una toxina producida por la bacteria Clostridium tetani. Esta bacteria se encuentra en la tierra, principalmente en el suelo y sediments donde hay mucho estiércol de animales. La bacteria entra al cuerpo por medio de heridas o destrucción de tejido, una vez dentro produce una potente toxina que daña el sistema nervioso central y provoca contracciones intensas y involuntarias en los músculos.
Esta toxina paraliza la función muscular y puede ser fatal si no se recibe atención inmediata. La mayoría de las personas infectadas con tétanos necesitan un tratamiento de inmunoglobulina para ayudar a su cuerpo a combatir la infección y evitar que se propague más la toxina.
Los signos y síntomas del tétanos son dolorosos y pueden empeorar rápidamente.
Entre los más comunes se encuentran entumecimiento o sensación de ardor en la zona de la herida, rigidez muscular, espasmos y contracturas musculares, trastornos de la sensibilidad, dificultad para tragar y respirar, y sequedad de la boca.
Los espasmos musculares son los más severos y pueden ser tan fuertes que las frágiles articulaciones se dislocan. El tratamiento principalmente para el tétanos consiste en administrar una Inmunoglobulina antitetánica (IGAT) y la vacuna tetánica administrada como prevención. El IGAT absorbe la toxina producida por la bacteria y reduce la gravedad de la enfermedad. La vacuna contra el tétanos se inyecta en los brazos y piernas del paciente, periodo para estimular la producción de anticuerpos en su cuerpo capaces de atacar y destruir la bacteriaya veces es necesario el uso de sedantes y anticonvulsivos para controlar los espasmos o convulsiones.
Además del tratamiento médico, es importante que el paciente permanezca en condiciones hospitalarias durante algunas semanas para asegurar que no se desarrollen complicaciones. El tétanos no es contagioso, sin embargo, las personas que se exponen a la bacteria C.
tetani deben recibir la vacuna para prevenir su infección.
En los países en desarrollo, el tétanos todavía representa una de las principales causas de mortalidad entre los niños menores de cinco años debido a la falta de vacunación y a la insalubridad de su entorno.
Para evitar el tétanos, se recomienda una adecuada atención de la salud y una buena higiene personal para evitar las heridas y la exposición a la bacteria. Además, una vacunación regular es clave para la prevención de esta enfermedad y para incrementar la inmunidad contra el mismo.