Los Tobamovirus son un grupo de virus que causan enfermedades en plantas, específicamente en las familias Solanaceae, Brassicaceae y Cucurbitaceae. Este género de virus es conocido por su resistencia excepcional, su capacidad para infectar a través de lesiones mínimas y su capacidad para sobrevivir en condiciones secas. Los tobamovirus fueron descubiertos por primera vez en 1892 en Australia, cuando los agricultores comenzaron a notar manchas de clorosis (decoloración) en las hojas del tabaco, lo que finalmente llevó a la muerte de la planta.
Desde entonces, se han identificado más de 30 especies diferentes de tobamovirus, cada una de las cuales puede infectar un rango de hospedadores único.
Los tobamovirus son virus de RNA monocatenarios positivos de plantas.
Esto significa que únicamente poseen una hebra, en oposición a los virus de RNA bicatenario, y su genoma puede traducirse directamente a proteínas vuelto sobre él mismo como un mRNA. La estructura de los tobamovirus es cilíndrica, formada por la repetición de subunidades de la proteína de la cápside en la superficie exterior del virus. El ciclo de vida de estos virus comienza cuando invaden las células de las plantas huésped al lesionar la célula. A medida que la planta intenta reparar estas lesiones, el virus se replica dentro de las células utilizando su RNA para dirigir la producción de proteínas. Estas proteínas recién producidas se ensamblan para formar nuevos virus, que luego se liberan para infectar a otras células.
La propagación de los tobamovirus es a través del contacto directo.
Las partículas virales pueden ser transmitidas por herramientas de jardín, maquinaria agrícola, o incluso por las manos de los trabajadores agrícolas.
Además, algunos tobamovirus pueden transmitirse a través de semillas infectadas.
Los tobamovirus son muy estables y pueden sobrevivir fuera de su hospedador durante largos periodos de tiempo, incluso en condiciones secas o en suelos ácidos. Algunos cultivos, como el tabaco, los tomates y las cucurbitáceas, son especialmente susceptibles a la infección. Esto puede llevar a la pérdida total de cosechas en casos graves, especialmente en áreas donde los tobamovirus no han sido previamente identificados o donde no se han implementado medidas de control adecuadas.
Debido a su resistencia y capacidad para propagarse fácilmente, el control de los tobamovirus puede ser un desafío. Sin embargo, hay algunas estrategias de gestión que los agricultores y los jardineros pueden usar para limitar la propagación de estos virus. En primer lugar, es fundamental tomar precauciones para evitar la propagación del virus a través del contacto directo. Esto puede implicar la desinfección regular de las herramientas de jardín y la eliminación segura de las plantas infectadas. Además, se recomienda a los agricultores que utilicen variedades de plantas que hayan sido desarrolladas para ser resistentes a los tobamovirus. Estas variedades tienen genes que les permiten resistir la infección o al menos limitar su impacto. Las medidas de control también incluyen el uso de técnicas de manejo integrado de plagas (IPM), como la rotación de cultivos y la eliminación segura de residuos de cultivos, para limitar la presencia del virus en el ambiente de crecimiento.
En conclusión, los Tobamovirus representan una amenaza significativa para la agricultura y la horticultura, debido a su resistencia excepcional y su capacidad para infectar una variedad de especies de plantas. Sin embargo, con las estrategias de manejo y control adecuadas, se puede limitar su propagación y minimizar su impacto en las cosechas.