Un antihistamínico es un medicamento que se utiliza para tratar los síntomas alérgicos y como medicamento preventivo para la alergia. Aunque se indican con mayor frecuencia para tratar el rinitis alérgica y el asma, se utilizan también para tratar el prurito (picazón), urticaria, alergias alimentarias, picaduras de insectos y otros síntomas alérgicos.
Los antihistamínicos funcionan al bloquear la reacción antigénica, disminuyendo los síntomas desencadenados por la subsecuente liberación de histamina. Los medicamentos antihistamínicos están disponibles sin receta o con receta médica según el medicamento y la condición a tratar. Los medicamentos con receta médica normalmente contienen ingredientes más fuertes que los medicamentos sin receta y la dosis suele ser más alta.
Se han desarrollado nuevos antihistamínicos de receta médica con menos efectos secundarios.
Los antihistamínicos tienen tres generaciones.
Los medicamentos de primera generación, los medicamentos más antiguos, normalmente tienen más efectos secundarios y suelen ser menos eficientes.
Los medicamentos de segunda y tercera generación son más seguros y eficaces.
Pueden usarse para aliviar los síntomas agudos de rinitis alérgica y asma, y también se puede usar para prevenir las reacciones alérgicas. Las personas con problemas de corazón, presión arterial alta, glaucoma o próstata hipertrofiada deben consultar a su médico antes de usar cualquier antihistamínico. Los posibles efectos secundarios de los antihistamínicos incluyen somnolencia, mareos, sequedad de boca, visión borrosa, náuseas, debilidad o cambios en el estado de ánimo. Estos efectos secundarios pueden ser más severos cuando se usa un antihistamínico con receta médica que cuando se usa un antihistamínico sin receta. Los bebés y los niños pequeños pueden reaccionar con efectos secundarios graves si se les administra el medicamento sin la supervisión de un médico. Algunos alimentos, como el queso, la carne, los huevos, el marisco, la leche y otros alimentos, pueden interactuar con los antihistamínicos reduciendo su eficacia. El alcohol, los sedantes, los tranquilizantes y otros medicamentos que causan somnolencia también pueden incrementar los efectos secundarios de los antihistamínicos.