Una aplicación móvil, comúnmente conocida como app, es un tipo de software que se desarrolla con el objetivo de ser ejecutado en dispositivos móviles, principalmente smartphones y tabletas. Se podría considerar como una versión más compacta y móvil de los programas que tenemos instalados en nuestra computadora de escritorio o portátil. Las apps han adquirido una gran relevancia en los últimos años debido al uso masivo de los dispositivos móviles. Nos permiten realizar multitud de tareas de forma cómoda y rápida, desde enviar un correo electrónico, hasta hacer la compra del supermercado, pasando por entretenernos con un juego o leer el periódico.
El mercado de las apps está claramente liderado por dos grandes actores: Google, con su sistema operativo Android y su tienda Google Play, y Apple, con su sistema operativo iOS y su tienda App Store.
Adicionalmente, también existen otras plataformas, aunque con una cuota de mercado menor, como Windows Phone o Blackberry.
Las apps se pueden clasificar de diversas formas.
En función de su coste, podemos diferenciar entre apps gratuitas y de pago.
Las primeras son completamente gratuitas para el usuario y suelen obtener ingresos través de la publicidad.
Las segundas, por su parte, requieren de un pago inicial para su descarga e instalación.
También existen las denominadas apps “freemium”, una modalidad que combina el modelo de aplicaciones gratuitas y de pago. Este tipo de aplicaciones son gratuitas para el usuario, pero ofrecen una serie de mejoras o contenido adicional que debe ser pagado. En función de su uso, pueden ser apps de productividad, de juegos, educativas, de salud y bienestar, de redes sociales, de mensajería instantánea, entre otras. El desarrollo de una aplicación móvil requiere de una serie de fases: análisis de requisitos, diseño, desarrollo, pruebas y, finalmente, lanzamiento y mantenimiento. También es necesario elegir las plataformas para las que se va a desarrollar, Android, iOS o ambas, ya que cada una de ellas utiliza un lenguaje de programación diferente. Uno de los elementos más importantes en el desarrollo de una app es su interfaz de usuario. Esta debe ser sencilla e intuitiva, para que el usuario pueda utilizar la aplicación de forma fácil y rápida. La tecnología de las apps móviles ha evolucionado muy rápidamente y seguirá haciéndolo en el futuro. Las últimas tendencias nos hablan de apps centradas en el Internet de las Cosas (IoT), Realidad Aumentada (AR) y Realidad Virtual (VR). Asimismo, la inteligencia artificial y el aprendizaje automático también están influyendo en la forma en que se diseñan y desarrollan las aplicaciones móviles. Las apps han revolucionado la forma en que interactuamos con la tecnología y han hecho que esta sea mucho más accesible para el usuario medio. El auge de los smartphones y las tabletas ha permitido que estas pequeñas aplicaciones formen parte de nuestra vida cotidiana y se han convertido en una herramienta indispensable para muchas personas.
En conclusión, una app es un software creado para facilitar tareas a través de su instalación en dispositivos móviles. Su popularidad ha crecido en los últimos años y su futuro es prometedor con nuevas e innovadoras aplicaciones que están recién emergiendo en el mercado tecnológico.