Un brote psicótico se define como un episodio rápidamente progresivo de síntomas graves, que raramente suceden de repente, más bien una combinación de factor físico y psicológico. Estas manifestaciones incluyen alucinaciones visuales y auditivas, pensamientos extraños, distorsión de la realidad, disfunciones afectivas y del estado de ánimo, anomalías del comportamiento, y alteraciones en la capacidad cognitiva para procesar información.
Estos síntomas distintivos pueden durar entre algunos días hasta meses, pero en algunos casos pueden variar en intensidad y duración. Los brotes psicóticos por lo general se asocian al trastorno esquizofrenia, un trastorno del estado del ánimo de larga duración que provoca alucinaciones auditivas (oír voces) o visuales, delirios, ansiedad y depresión.
Esta afección se caracteriza por una imagen distorsionada de la realidad i impulsos que interfieren con el funcionamiento diario. Un brote psicótico es una descarga de energía mental que posiblemente culmina en una condición crítica. Esta experiencia se puede describir como un “ataque de locura”, donde la persona experimenta pensamientos no racionales, percepción distorsionada de la realidad, y una serie de comportamientos extraños que interfieren en su vida diaria.
A medida que aumentan los síntomas psicóticos, la persona afectada puede tener una disminución de la actividad, la memoria, la concentración, y el procesamiento de la información. Estas manifestaciones pueden comprometer el sentido de autoestima, comprometer la habilidad del individuo para acabar tareas rutinarias, y contribuir a una ampliación de los síntomas asociados.
El tratamiento puede incluir una combinación de medicamentos y terapia, según lo prescribe el equipo médico.
Para otros síntomas de un brote psicótico, los medicamentos como los antidepresivos, ansiolíticos, y estabilizadores del estado de ánimo se recetan. El propósito de la terapia es ayudar a parar el brote y preparar al individuo a manejar mejor sus síntomas. Se aconseja la colaboración de los familiares de la persona que ha sufrido un brote psicótico. Esto contribuirá a que el tratamiento sea más efectivo, ofreciéndole apoyo a la persona afectada y proporcionar información importante para el equipo médico. El tratamiento psicológico también es una parte importante del plan de tratamiento para las personas con desorden psicótico. Estas terapias contribuirán a la restauración o la mejora de su estado mental y funcionamiento cognitivo, al tiempo que les ayuda a comprender mejor su enfermedad, aprender habilidades de afrontamiento, y tomar decisiones sobre su propiedad cuidado.
Un brote psicótico puede ser aterrador para la persona que lo experimenta y aquellos que los rodean, sin embargo, para aquellos que buscan tratamiento el pronóstico es bueno. Con una rápida respuesta al tratamiento, muchas personas que experimentan un brote psicótico tienen resultados satisfactorios a corto y largo plazo.
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