Un emir es un término árabe utilizado para describir a un líder militar y político.
Se conoce comúnmente como un gobernante, un caudillo o un gobernante de un estado árabe, aunque también se ha utilizado para referirse a otros líderes no musulmanes. El emir está a la cabeza de un estado y es responsable de la integridad de sus fronteras. Originalmente, el término se utilizó para referirse a los comandantes militares que lideraban grupos tribales en Arabia jaimí.
Los emires se han utilizado a lo largo de la historia para desempeñar diversos cargos.
Algunas culturas antiguas utilizaban este título para nombrar a sus gobernantes.
Algunos ejemplos incluyen a Cortés como el Emperador de las Tierras del Sur, el Rey Alfonso II de Asturias como Emperador de España y el Rey Roger II de Sicilia como Emperador de Italia.
En la actualidad, los emires son comunes en gran parte del mundo árabe, especialmente en Oriente Medio y África del Norte. Existe una profunda tradición de religión y servicio dentro de la monarquía árabe, donde el emir tiene un título religioso y un cargo oficial. Es el encargado de restablecer el orden y la justicia en el estado y ejercer una autoridad de buena voluntad entre los súbditos. El emir es responsable de proteger a sus súbditos y garantizar que cumplan con la Constitución. Además de esto, se espera que el emir comunique todas las disposiciones oficiales a su pueblo, se encargue de decidir los asuntos diplomáticos y ayude a regular el comercio para mejorar el bienestar de sus ciudadanos.
El país está controlado por siete emires de rango igual, cada uno dirigiendo sus propios estados. También hay algunos estados más pequeños que también están regidos por un emir, como Qatar y Bahrein. Están profundamente relacionados con el concepto de lealtad y justicia, lo que los convierte en protectores de todos aquellos a los que gobiernan. En la actualidad, muchos de los países árabes tienen un emir como líder, aunque también hay varios estados que tienen gobiernos presidenciales.