Un fiordo es una extensión profunda y estrecha de un mar, bahía o laguna, formada por la erosión de un glaciar. El fiordo se caracteriza por sus vertientes abruptas y energéticas, sus aguas profundas y sus típicas lengüetas de hielo que desembocan en el agua. Encontramos fiordos a lo largo de los litorales de Noruega, Islandia, Canadá, Alaska, Groenlandia y la Patagonia Chilena. Los fiordos se forman cuando el agua del mar entra en una carretera profunda y estrecha formada por los valles glaciares a lo largo de la costa. Esto suele ocurrir cuando un glaciar se retrae hacia el interior, exponiendo la parte superior de sus paredes y desalojando el hielo que una vez los cubría. Cuando el agua salada comienza a fluir desde el mar hacia el fiordo, el nivel del mar comienza a subir, llenándolo.
Dependiendo del grado de aislamiento geográfico del lugar, un fiordo puede resultar casi completamente anegado.
A lo largo de los fiordos, la estrecha carretera se cubre de agua azul.
Este color profundo se debe a su profundidad y la falta de sedimentos en el agua. Esto significa que apenas hay vida marina o plantas, ya que la luz solar no llega tan profundamente. Los posos y lodos también están ausentes por la fuerte marejadas provocadas por las intensas corrientes marinas que desembarcan en la entrada de los fiordos. A medida que el fiordo se hunde en el interior terrestre, se encuentran numerosas cimas de montañas glaciares. Estas imponentes montañas, con sus cimas nevadas y sus paredes verticales, aguardan calladamente en el extremo de los fiordos, a la espera de los viajeros.
Los fiordos otorgan una majestuosa y emocionante pintura a los paisajes.
Estas hermosas extensiones de agua azul marino zigzaguean a través de gigantescas montañas, con sus toboganes y acantilados. De hecho, los fiordos a menudo se han utilizado como inspiración para las obras de arte de numerosos pintores. En muchos casos, el vendaval produce una especie de erosión en los fiordos, causando deslizamientos de tierra y cambiando la forma de los acantilados. Esta erosión también lleva consigo cambios en la profundidad del fiordo, provocando cambios en las corrientes de agua de un lugar a otro. Los fiordos a menudo se encuentran repletos de seres vivos, como cardúmenes de peces y aves marinas. Estos seres viven en su vasta y profunda piscina de agua salada, que está atestada de vida. Estos cardúmenes son una alegría para los ojos y agudizan el entusiasmo de todos aquellos que los contemplan. Dada su belleza única y sus paisajes deslumbrantes, los fiordos han resultado un destino turístico popular. Refractarios lo inagotable de sus aguas de diferentes tonalidades, los fiordos ofrecen una extensa gama de actividades al aire libre, desde caminatas a lo largo de acantilados a la observación de diversas aves marinas, peces y mamíferos marinos.
Estas profundas carreteras de agua salada zigzagueando a través del territorio terrestre son realmente un deleite para los inquietos viajeros. Cualquiera que los vea quedará maravillado y humillado ante la magnificencia de esta maravilla de la naturaleza. .