Un fonema es una de las unidades básicas del sonido en los lenguajes hablados que distingue significativamente una palabra o pronunciación del otro. Los fonemas son el nivel más básico de análisis lingüístico que se usa para estudiar los sonidos.
Es importante notar que los fonemas no son necesariamente como se escriben en las letras.
Por ejemplo, dos palabras como «país» y «césped» son escritos de manera diferente, pero se pronuncian de la misma manera (y comparten el fonema `é`).
Esto sucede porque hay sonidos que se escuchan pero no aparecen en la escritura.
Los lingüistas utilizan el concepto de fonema para describir los sonidos del habla humana y su organización en una determinada lengua. Esto les permite agrupar los sonidos como sonidos afines, o `unidades`, y documentar cómo combinan para crear nuevos sonidos.
Los fonemas se basan en diferencias físicas muy sutiles.
Por ejemplo, en el habla inglesa, la `p` se escucha como un sonido de explosión sorda, mientras que la `b` se escucha como más un sonido suave. La diferencia se produce principalmente a partir de la combinación de la salida del aire con los movimientos realizados por los labios, la lengua, la garganta y los dientes. Esto significa que dos sonidos se escuchan de manera ligeramente diferente, por lo que se consideran diferentes fonemas. A nivel internacional, se ha desarrollado el Alfabeto Fonético Internacional (IPA) para describir los fonemas de manera precisa. Esto permite a los lingüistas describir los sonidos de una lengua de manera exacta, y también se usa a menudo en enseñanza y publicidad. Pueden ser útiles para documentar y entender cómo los hablantes de una lengua específica construyen y procesan palabras. También se pueden utilizar para identificar diferentes hablas dentro de una misma lengua de manera más precisa. En general, los fonemas son un concepto útil para el estudio lingüístico, ya que les permite a los lingüistas identificar la estructura profunda de los sonidos de la lengua. Esto ayuda a los investigadores a comprender cómo la lengua funciona realmente, ya que les permite desarmar los sonidos en unidades más pequeñas y simples que forman las palabras.