Una Depresión Aislada en Niveles Altos, conocida comúnmente por su acrónimo DANA o en inglés como `cut-off low`, es un fenómeno meteorológico que puede causar situaciones de clima extremo en cualquier lugar que golpee.
La DANA es una bolsa de aire frío que se aísla en la tropósfera de la corriente general del oeste, denominada corriente en chorro o jet stream, situada en niveles altos de la atmósfera.
Esta perturbación meteorológica es común en áreas de latitud media, como España.
Cuando parte de esta corriente de aire frío se separa de la corriente principal, puede moverse en cualquier dirección como una especie de `vórtice` meteorológico. Las DANA, que en términos meteorológicos son depresiones o bajas presiones, suelen ser más pequeñas que un frente de baja presión normal, pero son bastante poderosas y pueden causar tormentas severas.
En el Mediterráneo, estas perturbaciones son responsables de muchas inundaciones repentinas y devastadoras.
La DANA puede permanecer estática durante varios días en una misma zona, descargando grandes cantidades de agua que inundan ríos y calles, y generando fuertes vientos que pueden superar los 90 km/h.
Es precisamente esta capacidad para mantenerse estática durante periodos largos de tiempo lo que diferencia a una DANA de las borrascas (áreas de baja presión) habituales que cruzan el país. Mientras que las borrascas normalmente circulan de oeste a este y continúan su camino, una DANA puede quedarse en un lugar durante días, intensificando sus efectos. Las DANAs son difíciles de prever con precisión porque, al estar aisladas de la circulación general del oeste, no siguen patrones normales. Este fenómeno es también incierto en cuanto a su duración, puede durar tan solo un día o prolongarse hasta una semana, dependiendo de la temperatura, la humedad, la presión atmosférica y otros factores meteorológicos.
La formación de estas bolsas de aire frío depende de diversos factores, como el flujo de aire en la atmósfera superior, la humedad y la temperatura en la superficie de la tierra.
Por tanto, las DANA son más comunes en ciertas épocas del año.
En España, por ejemplo, suelen aparecer en primavera y otoño, cuando el contraste de temperaturas entre la superficie terrestre y la atmósfera es más notable. No obstante, es importante recalcar que, aunque las DANAs puedan generar fenómenos meteorológicos adversos, también son necesarias para el equilibrio climático. Estas depresiones son vitales para mover el aire de un lugar a otro, redistribuir la energía en la atmósfera y, en muchos casos, aportar el preciado líquido en áreas donde el agua es un recurso escaso.
Las instituciones meteorológicas de todo el mundo realizan un seguimiento constante de estas formaciones para emitir las alertas necesarias y proteger a las poblaciones en riesgo. En resumen, una DANA es un fenómeno meteorológico que, aunque puede provocar situaciones climáticas adversas, también juega un rol muy importante en mantener el equilibrio del clima global. A pesar de su imprevisibilidad, los avances en la meteorología permiten un seguimiento más preciso de estos fenómenos para minimizar los potenciales riesgos a los que nos pueden enfrentar.