Un verbo es una parte de la gramática de un lenguaje natural que indica acción, estado de ánimo, habla, sentimiento y otros estados. Cada lenguaje tiene sus propios conjuntos de verbos y algunos pueden tener más reglas y otros menos. El español, por ejemplo, tiene los modos tiempo, que consisten en el presente, pasado y futuro.
Los verbos pueden ser utilizados para la descripción y la comunicación orgánica.
La descripción envuelve la instanciación de los verbos para describir alguna situación existente o pasada.
Por otro lado, la comunicación orgánica implica el uso de los verbos para construir relaciones sociales en un nivel más profundo. Muchas culturas varían en la forma de utilizar los verbos para simbolizar estas relaciones, por ejemplo, cuando los verbos ingleses se usan para felicitar a alguien en una cultura formal, mientras que verbos japoneses se usarían para mostrar respeto y gratitud en la misma situación.
Los verbos se articulan de maneras diferentes.
Para describir un hecho, los verbos ordinarios se usan para transgredir los límites entre entornos más reales y abstractos. Por ejemplo, el verbo `correr` se usa para describir un movimiento físico, al mismo tiempo que también se utiliza para referirse a los sentimientos o creencias que alguien puede tener sobre algo.
Esto incluye verbos en lenguas en las cuales existe tiempo verbal, como el español, el inglés y otros. Por ejemplo, el verbo auxiliar `debería` se usa como una sugerencia, mientras que `puede` se usa para alcanzar la concesión. Esto significa que un verbo puede ser conjugado según el género del sujeto, el número de los participantes, el tiempo de la acción o el modo. Estas palabras son las herramientas que se usan para describir la acción, los estados, los sentimientos y las vidas de los seres humanos. A su vez, los verbos también seclasifican de acuerdo al tiempo, modo y género del sujeto. En su uso más amplio, los verbos se usan para servir como herramienta para comunicar, narrar historias y facilitar relaciones.