El vértigo se define como una sensación de movimiento falsa o rotatoria de los objetos, o un autosenso de rotación, que se siente en la parte superior del cuerpo o dentro del mismo.

El vértigo también produce una sensación de equilibrio, de abatimiento o pérdida de estado.

El vértigo es una afección común que afecta a personas de todas las edades.

Algunas personas se sienten mareadas y pierden el equilibrio; otros sienten que todos los objetos giran a su alrededor o dan vueltas.

Esto puede ser aterrador, particularmente en personas con miedo a la altura.

En la vertigo posicional, los síntomas se producen al cambiar de postura, erguirse bruscamente o inclinarse, lo que hace que los otoconia (partículas del oído interno) estén en una posición desfavorable y causen síntomas relacionados con el movimiento, al igual que sensaciones de movimiento.

La vertigo periférica, por otro lado, se produce cuando el oído Labyrinths, una estructura situada en el oído interno, se lesiona o se infecta. Cuando alguien sufre de vértigo, los síntomas pueden incluir algunas de estas afecciones: náuseas, desorientación, problemas de equilibrio, sensación de inestabilidad, fatiga, mareo, sensación de temblor, tinnitus (zumbido en los oídos) o dolores de cabeza.

El vértigo también puede ser acompañado por vértigo paroxístico benigno (BPPV), que son episodios a corto plazo del vértigo desencadenados por la postura o el movimiento. El tratamiento más eficaz para el vértigo puede variar de paciente a paciente, según los síntomas específicos y el estado de salud general. Los tratamientos incluyen medicación, terapia física, terapia de ejercicio, terapia de equilibrio, y, para algunos tipos de vértigo, terapia de reposición de partículas otocónias, un procedimiento utilizado para reposicionar los otoconia y reducir los síntomas.

Después de realizar un examen físico y una historia clínica completa, el médico evaluará los síntomas del paciente, identificar posibles causas y recomendar un tratamiento adecuado para el vértigo en cuestión.

En definitiva, el vértigo es un trastorno común que puede causar mareos, desorientación, problemas de equilibrio y una sensación desagradable de rotación. Aunque el vértigo a menudo se trata de manera exitosa, es importante consultar con un médico para un diagnóstico y recibir tratamiento adecuado. Con el tratamiento adecuado, la mayoría de las personas pueden reducir o eliminar los síntomas de vértigo, y recuperar el equilibrio y la estabilidad.