El virus del papiloma humano (VPH) es una enfermedad infectocontagiosa causada por una familia de virus relacionados al virus del sarampión. Estos virus se transmiten por contacto piel a piel ya sea mediante contacto sexual o relaciones sexuales y también pueden transmitirse con un virus que está presente en algunas partes del cuerpo humano también conocido como VPH.
Existen más de cien tipos de VPH, cada uno cuyos síntomas varían según el tipo de virus. Algunos son inofensivos y no causeir síntomas ni enfermedades, mientras que otros pueden provocar cáncer y afecciones asociadas. Los síntomas más comunes del VPH son el desarrollo de verrugas genitales, cualquiera que sea el tipo de virus, en todo el cuerpo genital. Estas verrugas suelen tener color rojo, marrón o amarillo y pueden aparecer en el área genital y anal, vulva, los muslos internos, y la parte superior o inferior del escroto en los hombres.
Estas verrugas no son cancerosas pero, si están infectadas, pueden extenderse por las partes íntimas del cuerpo. Los hombres y las mujeres también pueden desarrollar otros síntomas tales como dolor, picazón y protuberancias en el área genital. Estos síntomas generalmente no provienen de la infección del VPH, sino de otros factores como la enfermedad de transmisión sexual (ETS), una alergia al látex, infecciones bacterianas y algunas enfermedades causadas por otros virus relacionados.
Algunos tipos de VPH se asocian con el cáncer cervical en las mujeres, el cual es una de las principales causas de mortalidad por cáncer en el mundo. Existen al menos 16 subtipos de virus del VPH que se relacionan con el cáncer de cuello uterino. Los síntomas de esta forma de cáncer generalmente no aparecen sino hasta años después de haberse infectado, por lo que el cáncer cervical se considera una enfermedad con latencia. Los tipos de VPH relacionados con el cáncer cervical se transmiten principalmente a través del contacto sexual, lo que significa que, si se practica sexo seguro y se realizan pruebas periódicamente, se puede reducir el riesgo de contraer la infección.
Uno de los métodos de prevención para protegerse de los efectos del VPH es la vacunación contra el virus. Hay dos vacunas aprobadas para prevenir la infección por el VPH, Gardasil y Cervarix, cuyo objetivo es prevenir el tipo de VPH relacionado con el cáncer cervical. Estas vacunas se recomiendan a los niños antes de que alcancen la edad de la pubertad, ya que el VPH tiene una mayor probabilidad de infectar el tejido en adolescentes y adultos jóvenes.
Además de la vacunación, es importante mantener un estilo de vida saludable y practicar el sexo seguro al limitar el número de parejas sexuales y utilizar métodos de protección como condones y lubricantes.
En resumen, el VPH es un virus común que puede causar el desarrollo de verrugas genitales y, en algunos casos, cáncer cervical en las mujeres.
Los síntomas generalmente no aparecen durante años si el virus recién se ha infectado.
Los métodos preventivos para reducir el riesgo de VPH incluyen la vacunación para prevenir el cáncer cervical, practicar el sexo seguro, limitar el número de parejas sexuales y utilizar métodos de protección.
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