El Xanax es un medicamento recetado conocido como benzodiazepina, el cual ayuda en el tratamiento de la ansiedad, crisis de pánico y trastorno de estrés postraumático. Este medicamento está disponible en dos formas: como tabletas de liberación inmediata y como tabletas de liberación extendida.
Se recomienda que los pacientes tomen el medicamento exactamente según lo indicado en la receta.
Las benzodiazepinas, como el Xanax, actúan relajando el sistema nervioso central y produciendo un efecto calmante.
Se usa para controlar los problemas relacionados con la ansiedad y los ataques de pánico.
El medicamento bloquea los efectos de la neurotransmisión – el sistema por el cual las señales (información) pasan de una célula nerviosa a otra – disminuyendo la cantidad de señales de ansiedad y crisis de pánico.
El medicamento Xanax comienza a trabajar en el cuerpo de forma inmediata, con los efectos alcanzando su punto máximo en el plazo de 30-45 minutos. La duración total del efecto medicamentoso varía entre 4 y 12 horas, dependiendo del metabolismo particular de cada paciente.
En general, la duración de la acción de Xanax varía entre 2 y 4 horas.
Es importante notar que el uso a largo plazo del Xanax puede provocar efectos adversos, es decir, efectos secundarios no deseados. Estos efectos secundarios incluyen somnolencia, confusión, somnoliento excesivo, pérdida de memoria, boca seca, problemas de visión, cansancio y dificultad para concentrarse. En casos graves de dependencia, es posible que los efectos adversos sean lo suficientemente graves como para requerir un tratamiento de desintoxicación (abstinencia). Para prevenir estos efectos indeseables, se recomienda que todos los pacientes consulten a su médico antes de tomar el medicamento. Pero además, es importante tener en cuenta que el uso del Xanax con demasiada frecuencia puede causar una ruptura con la realidad, dificultades para dormir, comportamiento impulsivo y pensamientos suicidas. Por lo tanto, se recomienda que los pacientes usen el medicamento solo según lo recetado por su médico y no aumenten la dosis sin la supervisión de un profesional de atención médica.
Aunque el Xanax ofrece alivio a los síntomas de ansiedad y ataques de pánico, el uso inadecuado puede ser peligroso para la salud mental y física.