La zurraspa, también conocida como rastra, es una herramienta usada en la agricultura para romper terrones al cultivar. Es una cuchilla con dientes o uñas que se enrolla por el cuerno de un animal de carga como una caballo, burro o buey, con la ayuda de una cuerda. Estas bestias de carga, conocidas como yuntas, trabajan presionando la zurraspa hacia la tierra para romper los terrones y preparar la tierra para el arado, que siembra la semilla. Esta herramienta data del Siglo V AC, y se usa aún hoy en algunas zonas, como en el sureste de España. La zurraspa se compone de una cimera o caja central de madera, en la que se fija una cuchilla de metal. La cuchilla se encuentra asegurada por una abrazadera en la cima de la caja, y se forma un círculo que rodea la caja.
La cuchilla de metal se fija al círculo con clavos para crear el efecto deseado.
La cuchilla puede tener entre 12 y 18 dientes o uñas, usualmente curvos y agudos.
Para instalar la zurraspa, se ata la parte superior a la cima de la caja con la abrazadera, y la parte inferior se ata a una cuerda fija, usualmente de cuero, al cuerno de un animal de carga.
El extremo de la cuerda puede estar conectado a un trineo para dirigir al animal.
La zurraspa es por mucho la herramienta más usada en arar Los terrones, sin embargo no es la única: otros instrumentos como el apero de labranza, el apero de triple asta o el rastrillo de francés también se usan para este propósito.
Otros equipos para agricultura también se añaden al animal de carga para ayudar a arar la tierra, como los horquillones o los aperos de fontanero para la remoción de piedras. La zurraspa, junto con la animals de carga, ha sido una herramienta usada por generaciones para arar la tierra y prepararla para la siembra. Esta herramienta no sólo facilita la tarea de deshierbar y arar los terrones, sino que también reduce el gasto de energía de la persona trabajadora, ya que el animal de carga asume el trabajo pesado.
Esta herramienta se usa aún hoy en algunas regiones tradicionales para les labores agricolas, aunque la agricultura industrial se ha llevado la mayoría.