Para algunas personas, llorar es algo tan natural como respirar.
Es una forma de liberar emociones, desafiar los momentos difíciles y restaurar el equilibrio emocional.
Pero para otros, llorar es un desafío.
Esto se debe a factores tales como estereotipos de género, influencias sociales, sentimientos encontrados sobre abrazar y expresar emociones, así como el temor a ser vulnerables. Aunque los hombres y las mujeres lloran aproximadamente la misma cantidad, los estudios muestran que las culturas occidentales igualmente tienen estereotipos de género sobre llorar que con demasiada frecuencia privilegian la fortaleza y la masculinidad.
Como resultado, las personas pueden sentir que llorar es una señal de debilidad o que su lágrima no es bienvenida o que tienen que reprimirla. De hecho, algunos estudios sugieren que la gente podría tener que trabajar en normalizar la compasión como una respuesta auténtica, pero apropiada a situaciones estresantes. Esto significa que hay una cierta burocracia para ponerse en contacto con emociones difíciles, aceptarlas y procesarlas. Los beneficios de ser capaz de permitirse llorar incluyen una mejor conexión con sus emociones, una mayor capacidad para trabajar con circunstancias difíciles, mayor claridad para establecer límites, y una mayor habilidad para reconectarse con uno mismo y otras personas.
Tanto las investigaciones como la experiencia personal muestran que puede ser útil aprender a llorar para poder llegar a ese lugar de alivio y reconciliación. Si tienes problemas para encontrar alguien, hay líneas telefónicas y grupos de apoyo que pueden ayudar. Aquí, se alienta a los lectores a encontrar un lugar donde se sientan seguros para hacerlo. Las inseguridades sobre qué otros piensan pueden ser una cosa bastante alto contra el fondo acolchado de la intimidad de una habitación bien calentita. Muchas veces, aquello que se siente como impotencia y rabia puede ser el resultado de emociones más básicas, como el miedo o un sentimiento profundo de soledad. Ten en cuenta que llorar es una forma de curación que nos ayuda a conseguir un equilibrio emocional y vernos a nosotros mismos con amabilidad. Comprende que llorar no es un fracaso o signo de debilidad; es una respuesta humana, una respuesta sana que proporciona un alivio temporal. Da un paso atrás de tu mente para ver cómo puedes usar la conciencia para abrazar la lágrima para mejorar tu estado emocional. Esto incluye la liberación de tensiones musculares, el alivio de la presión en la cabeza y los ojos, lo que refuerza el sistema inmunológico y ayuda a reducir el estrés. Si quieres profundizar aún más en tu proceso de llorar, prueba con la danza, yoga, tai chi, meditación o cualquier otra forma de movimiento hacia dentro. Significa que reconoces que seguramente hay algo que necesita ser sentido y tratado, y abrazas esa vulnerabilidad para experimentarte a ti mismo de una forma más profunda. Las lágrimas son un proceso que cura y aceptar esto significa permitir que pasen sin juicio. Si el lloro no viene naturalmente, no te fuerces; toma tu tiempo para abrirte a tus sentimientos y ser gentil contigo mismo.