El VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana) es un virus que ralentiza o impide la habilidad del cuerpo para combatir infecciones y otros problemas de salud. El VIH es la causa principal del SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida), que es una enfermedad generalmente fatal que afecta a millones de personas en todo el mundo. El VIH se transmite a otras personas a través de la sangre, el semen, los líquidos vaginales, la leche materna y al compartir agujas u otros implementos que se usan para tomar drogas con el virus ya presente.

También hay riesgo de contraer el VIH si se tiene contacto sexual sin protección con una persona infectada con el virus. Una vez que alguien se ha infectado con el VIH, se torna una parte integral del sistema inmunológico. El virus se inserta en la célula del sistema inmunológico, las llamadas células T, y se reproduce. El virus de VIH provoca una destrucción masiva de células lanzando copias de él mismo, mientras que también provoca una respuesta inmune para tratar de destruirlo. Esta destrucción masiva de células del sistema inmunológico provoca que el sistema inmunológico del cuerpo tenga menos capacidad de luchar contra las infecciones, permitiendo que aquellas que de otra forma no afectarían al individuo, ahora puedan sufrir complicaciones.

Las personas con VIH deben tomar fármacos antirretrovirales para tratar el virus.

Estos fármacos están diseñados para combatir al virus, impidiendo que mate o dañe las células del sistema inmunológico. Esto permite a las células del sistema inmunológico reponerse y volver a luchar contra las infecciones. Sin embargo, estos tratamientos son costosos, lo que hace que la mayoría de los países en desarrollo tengan dificultades para conseguirlos. Mientras que el VIH se considera una enfermedad crónica, hay un número cada vez mayor de personas que se recuperan a medida que avanzan los tratamientos. La clave para el éxito es detectar el VIH y comenzar el tratamiento tan pronto como sea posible. La prueba del VIH es una prueba simple y segura y es la forma más confiable de saber si una persona se ha infectado con el virus.

Las personas infectadas con el virus deben optar por un tratamiento de inmediato.

Si se toman los fármacos antirretrovirales, se puede reducir en gran medida el riesgo de transmisión del virus a otras personas. Los países ricos tienen el recurso y el conocimiento para diagnosticar el VIH a tiempo y brindar tratamientos eficaces. Sin embargo, muchos países en desarrollo carecen de recursos y no tienen los medios necesarios para tratar la enfermedad. La falta de servicios de salud de calidad en estas áreas significa que el virus del VIH sigue siendo una grave amenaza para la salud mundial. Debido a esto, muchas organizaciones abogan por un mayor financiamiento para la prevención y el tratamiento del VIH en los países en desarrollo. Aunque el tratamiento de VIH avanza a un ritmo constante, la vigilancia de la enfermedad sigue siendo crucial. Las personas infectadas con el virus deben comunicarse con sus proveedores de atención médica para obtener pruebas regulares y controlarse.

Esta vigilancia mejora las posibilidades de éxito del tratamiento y la supervivencia a largo plazo.

Los proveedores de atención también pueden ofrecer información sobre cómo prevenir la propagación del virus a otras personas. Para resumir, el virus del VIH es una enfermedad grave que afecta a millones de personas en todo el mundo. Debido a la falta de recursos en los países en desarrollo, los esfuerzos mundiales ayudan a brindar un tratamiento adecuado a las personas que viven con el VIH. Seguir estas estrategias ayudará a limitar la propagación de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de las personas que viven con el VIH.