Las alcachofas son un alimento delicioso y saludable que es fácil de preparar.
Son una buena fuente de vitaminas, minerales y fibra.
Son relativamente bajas en calorías y grasas, pero altas en sabor.
Aunque la forma más común de preparar alcachofas es al vapor o al horno, hay muchas otras formas creativas de prepararlas. Al comprarlas, hay que evitar las alcachofas que se muestran moteadas o amarillentas, lo que indica que están maduras o pasadas de punta. Luego de seleccionadas las alcachofas, deberán lavarse con el fin de eliminar el polvo o producción de hongos. Esto se puede hacer sumergiéndolas en agua con una cucharada de vinagre para matar cualquier bacteria presente. Una vez enjuagadas, hay que secarlas con una toalla para que no queden restos de agua. Para ello, hay que cortarlo en un ángulo entre dos y tres centímetros desde la parte superior de la alcachofa. Si se nota que la base del tallo es amarilla, se debe cortar también por debajo de la línea amarilla para evitar que se pierda el sabor. Una vez preparadas las alcachofas, hay que sumergirlas en un recipiente con agua fría y unas gotas de limón para evitar que se oxiden. Si se opta por la cocción al vapor, primero hay que colocar las alcachofas en una vaporera durante unos 15 minutos o hasta que estén tiernas. Alternativamente, las puedes asar en el horno a unos 220 grados durante aproximadamente 30 minutos, hasta que estén cocidas. Siendo asadas, estas pueden ser aderezadas con mantequilla o aceite, así como también con hierbas y especias. Se pueden añadir trozos de tocino, aceitunas, queso parmesano o frutos secos para darle un toque gourmet. También se pueden aderezar con limón, salsa especial de ajo o aceite de oliva con hierbas. Las alcachofas tienen un gran sabor y contienen beneficios nutricionales, por lo que resultan una buena alternativa para los momentos de comida. Si se siguen los pasos detallados anteriormente, se pueden disfrutar alcachofas deliciosas para el placer de los comensales.