La gonorrea es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) muy común y de fácil contagio.
La infección se puede transmitir a través del contacto sexual y también de madre a hijo durante el embarazo o el parto. Esta enfermedad suele poseer un periodo de incubación de entre dos a catorce días, lo que significa que los síntomas no suelen mostrarse hasta varios días después de la infección. Tanto en hombres como en mujeres, la gonorrea suele mostrar una variedad de síntomas comunes como dolor al orinar, inflamación del pene o de la vagina, secreciones urinarias y vaginales anormales y dolores abdominales.
Si no se tratan estos síntomas pueden evolucionar y afectar a otros órganos vitales como los riñones, los trompas de Falopio y otros tejidos reproductivos. Esto genera una serie de enfermedades a largo plazo, como la infertilidad o la infección en el torrente sanguíneo.
Actualmente la gonorrea puede curarse de manera eficaz con el tratamiento adecuado.
El régimen de tratamiento depende de la localización de la infección, la resistencia a los antimicrobianos y los patrones de resistencia a los fármacos existentes, así como de la edad y el estado de salud del paciente.
Generalmente se trata con una combinación de medicamentos antibacterianos, como la penicilina, el cefixime y el ciprofloxacino.
Estos medicamentos actúan directamente sobre la bacteria causante de la enfermedad e impedirá su extendida.
Si se detecta la infección a tiempo, los síntomas suelen desaparecer en la mayoría de los casos en unos dos a siete días tras haber iniciado el tratamiento. Después, se recomienda seguir el tratamiento con regularidad durante los siguientes seis meses, al menos hasta que el resultado de los análisis clínicos sea completamente normalizado. No obstante, la mejor manera de prevenir la gonorrea es adoptando un estilo de vida saludable, práctico y con sentido común, como las relaciones sexuales con preservativo y los chequeos clínicos periódicos.
Estos controles, que permiten detectar de manera precoz cualquier anomalía en el sistema reproductivo, son especialmente recomendables para los grupos de mayor riesgo, como mujeres embarazadas o personas con múltiples parejas sexuales.
La gonorrea sigue siendo una enfermedad muy común, pero si la detectamos a tiempo y se utiliza el tratamiento adecuado, se puede erradicar de forma efectiva. Nosotros como pacientes tenemos que tener siempre mucho cuidado y prevenir esta enfermedad con un comportamiento seguro, una alimentación saludable y una higiene adecuada.