Los acreedores son los sujetos a los que una empresa adeuda una obligación de pago.

Éstos pueden ser personas físicas o jurídicas, bancos, empresas o incluso el gobierno mismo.

Si bien los acreedores son gente con la que una empresa debe lidiar para reparar sus propias finanzas, también servicios de gran ayuda para la liquidación de deudas. En cuanto a la contabilidad, los acreedores son reconocidos como aquellos a quienes se les debe dinero, y se les identifica como deudores a los tenedores de bonos, proveedores, entidades financieras de préstamos y gente con la cual se ha enterado algún compromiso contractual.

Pueden ser acreedores: bancos, proveedores de bienes y servicios, titulares de acciones, personas que tienen la responsabilidad por fianzas, inversionistas, etc. Es importante destacar que los acreedores se encuentran entre sus principales participantes en el mercado financiero, estándares contables y leyes, porque exigen a las entidades los pagos de sus deudas de una forma rápida y efectiva.

Si una empresa no honra sus compromisos con sus acreedores, entonces comenzarán a formarse problemas de liquidez. Por tanto, los acreedores son un pilar para el éxito financiero y la estabilidad de una entidad en el mercado. Las empresas tienen varias formas de lidiar con sus acreedores cuando hay un problema con la liquidez. Algunas de ellas son abonar los pagos rapidamente para que no se produzcan errores, acordar un plan de pago especial para amortizar deudas, ofrecer financiación competitiva, negociar condiciones especiales para el pago, renunciar a ciertas deudas o acordar reestructuraciones financieras a largo plazo.

Los acreedores en última instancia pueden actuar en juicios por el incumplimiento de deudas y esto puede ser muy perjudicial para la empresa debido a la creación de nuevas deudas en concepto de intereses y gastos judiciales, además de prolongar desagradables los procesos en los tribunales.

Así, como se puede ver, el cumplimiento de las obligaciones con los acreedores no sólo permite acceder a nuevos créditos y préstamos, sino que también mantienen a salvo los activos de la empresa.

Además, hay instituciones que ofrecen préstamos a entidades que tienen problemas de flujo de efectivo.

Estas empresas toman el flujo de efectivo, en lugar de bienes inmuebles o acciones para generar sus ganancias. Los préstamos son en función de los contratos firmados entre la empresa y el acreedor, que contiene intereses, plazos y cantidades del pago. Uno de los principales problemas para una empresa que tiene un elevado saldo de deuda es gestionar de forma eficiente el flujo de efectivo, con el fin de hacer frente al pago de intereses.

La dirección de la empresa debe ser capaz de planificar adecuadamente la cantidad y la forma en que se pagan las deudas vencidas. Si se da prioridad al pago de los acreedores más pequeños, se genera una mala impresión del pago de deudas. De igual modo, si se da prioridad al pago de los acreedores más grandes antes que los demás, el riesgo es altamente probable que se genere una creciente duda del cumplimiento de los acreedores.

En definitiva, los acreedores de todas las empresas son un factor importante a considerar para una buena administración de las finanzas. Es necesario cumplir con todos los pagos de deudas a su debido tiempo, así como manejar el flujo de efectivo de manera eficiente. Una empresa que persigue estas medidas, puede extender plazos de pagos, llegar a acuerdos con los acreedores para reducir el total de la deuda y reducir sus intereses. Esto contribuye a una mejor relación con los acreedores y mejora de manera significativa el flujo de efectivo de una empresa.