La Epifanía del Señor es una celebración cristiana relacionada con el nacimiento de Jesús.

Se celebra anualmente el 6 de enero.

Siendo usualmente conocida como la “Presentación del Señor” o “Día de los Reyes Magos”, es familiar en varias religiones a través de tradiciones de propaganda de vacaciones. Esta festividad conmemora la visita de los Reyes Magos al Niño Jesús después de su nacimiento. En la tradición cristiana, la Epifanía del Señor (que significa “manifestación” o “revelación”) marca el comienzo de un nuevo año litúrgico, y está asociada al nacimiento de Cristo y su posterior revelación al pueblo hebreo.

La celebración memora la visita de los Reyes Magos (llamada en la Biblia “Los Que Conocen los Misterios”), también conocidos como los tres Magos, los cuales presumiblemente representaban a los tres continentes principales (Asia, África y Europa), simbolizando la universalidad de la salvación a través de Jesús.

Aunque la historia bíblica no especifica cuándo llegaron los Reyes Magos, la mayoría de las iglesias cristianas tradicionales conmemoran este acontecimiento el 6 de enero, aunque algunas nacionalidades con un pasado católico, tales como España, celebran la visita el día 2 de febrero.

La signficación espiritual y moral de la Epifanía del Señor es profunda.

La visita de los Reyes Magos representa la universalidad y profecías del cristianesimo: el Salvador nacido de Nazaret, el nacimiento de Cristo predicado en las Escrituras desde el Antiguo Testamento. Los Reyes Magos nos recuerdan la verdad de que la luz de Cristo se muestra a través de la fe de cada uno, sin tener en cuenta religiosos, etnia, estatus social, o género.

A lo largo de la historia, la celebración de la Epifanía ha desarrollado muchos de los hábitos y símbolos asociados con ella hasta la fecha conociendo diferentes usos a lo largo del tiempo.

Desde representar la llegada de los tres Magos en la liturgia, la decoración de los hogares con las correspondientes figuras de los reyes, los tramos de astas compuestas de cañas y cintas, la venta de juguetes de San Nicolás, la bendición de los alimentos y el intercambio de regalos, como el pan de jengibre generalmente se está asociado con la fiesta.

En estos días, la teología contemporánea a menudo privilegia e interpreta la Epifanía como una celebración de la entrada inclusivo y acogedor de Dios en el mundo, señalando el hecho de que el nacimiento de Cristo fue un evento que no se limitó a los judíos y enseñados, sino también a los niños, a los desvalidos, a los vulnerables y a todos aquellos que nunca fueron invitados a los banquetes, limitaciones y cadenas de la religión u otros comportamientos asociados con el sistema del Estado.

Así, como una fiesta anual, la Epifanía recuerda la belleza, la sabiduría y la misericordia de Dios al manifestarse a todos en un Niño.