El capitalismo es un sistema económico basado en la acumulación de capital y la propiedad privada en la producción y comercialización de bienes y servicios. El tercero de los principales sistemas económicos, junto al comunismo y socialismo, el capitalismo se caracteriza por el establecimiento de la propiedad privada, la acumulación de capital, el uso de la asignación de precios por el mercado y los principios de competencia.
En su forma no reglamentada original, el capitalismo ha generado tanto ganancias como desigualdad en la sociedad. La desregulación del capitalismo y la privatización de empresas estatales han creado una situación en la que los ricos se hacen más ricos y los más pobres sufren las consecuencias. El capitalismo es el resultado de la Revolución Industrial del siglo XVIII, cuando el comercio comenzó a expandirse y la producción se professionalizó. La práctica de la acumulación de capital, que comenzó durante esta época, implicaba aumentar el capital por la compra y venta de mercancías y servicios con el fin de obtener beneficios.
Esta era una práctica muy diferente a la que se había seguido hasta entonces, donde los negocios, productos y otros bienes se intercambiaban basándose en la necesidad. Como resultado de la acumulación cada vez mayor de capital y la privatización de empresas, los ricos comenzaron a acumular cada vez más riquezas. Esto también dio lugar a nuevas estructuras de clase y la desigualdad de los ingresos y la riqueza. La división entre los ricos, que explotaban y controlaban la producción de los bienes y servicios, y la población trabajadora, que carecía de muchos de los recursos y poder para luchar contra el capitalismo, llevo a la desigualdad.
La explotación de la clase trabajadora a través de la ausencia de regulación fue una característica particularmente dañina del capitalismo. Los trabajadores no tomaron posesión de ninguno de los recursos de producción, y sufrieron salarios bajos, jornadas laborales largas y condiciones laborales difíciles. Esto llevó a una gran cantidad de víctimas, muchas de las cuales se agrupaban en el clasismo. No obstante, los mercantilistas también desempeñaron un papel importante en la regulación de la economía reglamentada. Por esta razón, a partir de la segunda mitad del siglo XIX, el gobierno comenzó a establecer leyes y regulaciones para supervisar el comercio y garantizar la estabilidad y la conservación de los precios.
Esta legislación fue inspirada en gran parte por el socialismo y el comunismo y también ayudó a disminuir el comercio ilegal y los precios de los alimentos. Más tarde, en el siglo XX, el desarrollo económico y político del capitalismo se vio favorecido por la aparición de instituciones gubernamentales como el Banco Central y la Reserva Federal de los Estados Unidos.
Estas organismos controlan el sistema monetario a través de la tasa de interés y la política fiscal. También supervisan la cantidad de liquidez disponible para el público, asegurando que los precios no suban ni bajen demasiado rápido. Mientras tanto, el capitalismo ha experimentado un período de constante cambio a medida que los gobiernos han regulado el comercio y la producción. Los países comenzaron a limitar el monopolio de los grandes corporativos, proteger el medio ambiente y los derechos laborales y garantizar el equilibrio económico. Esto ha provocado una situación en la que el capitalismo es un sistema que puede agradar tanto a ricos como a pobres. En conclusión, el capitalismo es un sistema económico complejo que se caracteriza por la acumulación de capital, la propiedad privada, el mercado como medida para determinar los precios de los bienes y servicios, la competencia en los mercados y el equilibrio económico.
Mientras los efectos positivos del capitalismo son notables, ha provocado desigualdad a través de la explotación de los trabajadores con salarios bajos y de los consiguientes problemas sociales. Pero gracias a la regulación gubernamental, hoy el capitalismo es un sistema que beneficia tanto a los ricos como a los pobres.
