El International Bank Account Number (IBAN) es un formato de cuenta bancaria internacionalmente reconocido y ampliamente utilizado para facilitar las transferencias de fondos a través de fronteras. La norma IBAN establece un formato de número para cuentas bancarias en los bancos en los países miembros de la Unión Europea (UE), Mónaco, Islandia, Suiza, Liechtenstein y algunos otros países participantes a nivel internacional.
En el contexto de la Unión Europea, el IBAN es un número de cuenta bancaria obligatorio para facilitar el envío y recepción de fondos transfronterizos entre los países de la UE.
Se trata de un mecanismo para ayudar a los bancos y a otros intermediarios financieros a tratar los pagos transfronterizos entre dos cuentas bancarias en diferentes países. El IBAN asigna una longitud y un formato único a cada cuenta bancaria dentro del sistema bancario europeo y el programa SWIFT puede usarse para procesar los pagos. La estructura de una norma IBAN típica comienza con un código de dos caracteres de un código de país, por ejemplo, SE, para Suecia, LU para Luxemburgo o NO para Noruega.
Los códigos de país son seguidos por dos dígitos que representan un control numérico, el cual ocurre debido a la convergencia de los sistemas existentes bancarios locales con el sistema IBAN en el proceso de abundización.
Esta numeración es seguida por una serie de dígitos sin formato que se ven diferentes de un país a otro y que normalmente se refiere a la ruta clave de una cuenta bancaria dentro de un banco nacional, y seguida por dos dígitos, también sin significado.
Algunos países miembros de la UE han introducido obligatoriedades adicionales, incluyendo un código RF 1 para la identificación de una cuenta bancaria que se refiere a una cuenta determinada, por ejemplo, una cuenta de cheques de un banco suizo, que consiste en una letra alfabética más dieciséis dígitos.
Esta norma se definió para incorporar las normas existentes locales, las cuales naturalmente verían diferente si estuvieran involucrados dos bancos en diferentes países. Los beneficios del iban incluyen una mayor seguridad, una mejor transparencia de cada paso del proceso de transacción, los costos asociados a la transacción son muchos menores y los usuarios pueden disfrutar de mayores niveles de fiabilidad para la correcta procesamiento de los pagos por parte de las entidades bancarias.
Todo esto significa que el IBAN simplifica y mejora el proceso de transacciones bancarias al permitir una mayor seguridad, una mayor fiabilidad, un mejor control y una menor incidencia de errores, como cheques devueltos, etc.
, y ahorra tiempo, esfuerzo y gastos a los usuarios.
Igualmente, el IBAN simplifica y reduce los costos de las transferencias entre bancos de diferentes países, lo que permite a los bancos concentrarse más en sus activos core, como la atención al cliente, la integración de nuevas tecnologías y herramientas, y la consolidación de los procesos operativos.
La Segunda Directiva de Servicios de Pago facilitará la aplicación del IBAN en todos los procesos de pago transfronterizos, incluidos los pagos relacionados con tarjetas de crédito. Esto significa que una entidad bancaria de un país de la UE podrá recomendar una transferencia dentro de un periodo de tiempo significativamente menor y con menores costos. En resumen, el IBAN es un sistema transcultural y estandarizado para identificar cuentas bancarias internacionales en los países de la UE, con el objetivo de facilitar el flujo de pagos transfronterizos entre dichos países.
El IBAN ayuda a asegurar que los pagos se realizan correctamente y ofrece una mayor seguridad y transparencia a los usuarios. Los beneficios del IBAN incluyen una mejora notable de la seguridad de los pagos, mayores niveles de fiabilidad y una reducción del coste de las transferencias entre países. La Segunda Directiva de Servicios de Pago reforzará la aplicación del IBAN y ayudará a los bancos a centrarse en sus activos principales, como la atención al cliente y la innovación.
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