La fregola, también conocida como fregula, es una especie de pasta de semolina tostada, tradicional de la región italiana de Cerdeña. Este tipo de pasta toma la forma de pequeñas perlas redondeadas similares en apariencia al cuscús o a la pasta israelí Pearl, aunque se diferencia de estas en su textura más crujiente y su sabor a nuez discretamente tostado.
Elaborada a partir de semolina de trigo duro, agua y sal, la fregola se somete a un proceso de tostado que amplifica sus notas de sabor y le confiere una firmeza única, permitiendo que mantenga su integridad incluso cuando se cocina en caldos o sopas.
Los orígenes de la fregola se remontan a la antigüedad, y algunos afirman que llegó a Cerdeña a través de las rutas comerciales del Mediterráneo, traída por los navegantes fenicios que colonizaron la isla en el segundo milenio antes de Cristo.
De hecho, la fregola se asemeja mucho a las pastas y cuscús encontradas tradicionalmente en Oriente Medio y África del Norte, reflejando las interacciones culturales y gastronómicas que se han producido en la cuenca del Mediterráneo a lo largo de los siglos.
Hoy, la fregola representa una base importante de la cocina sarda, utilizada en una variedad de platos tradicionales y contemporáneos. Una de las recetas más emblemáticas de Cerdeña que la utiliza es la `Fregola con arselle`, una sopa rústica y escabrosa hecha con pequeñas almejas y tomates. También puede encontrarse en ricas ensaladas de pasta y servida como guarnición con pescados y mariscos. Al ser un producto tan versátil, puedes combinar la fregola con una variedad de ingredientes y sabores, y puede ser tanto un de los componentes principales de un platillo como un complemento que aporta textura y sabor.
A diferencia del cuscús, cuya cocción puede realizarse simplemente vertiendo agua hirviendo sobre el mismo, la fregola generalmente necesita ser hervida o cocida a fuego lento, de manera similar a como se cocina el arroz o la pasta.
Dependiendo del tamaño de la pasta (la fregola puede encontrarse en pequeño, mediano o grande), puede necesitarse entre 10 a 20 minutos para obtener la consistencia adecuada.
Al ser tostada, tiene menos probabilidades de pegarse entre sí durante el proceso de cocción.
Como otras formas de pasta y cuscús, la fregola aporta carbohidratos, ayudando a dar energía al cuerpo. También es una buena fuente de proteínas y, si se combina con legumbres u otros alimentos ricos en proteínas, puede desempeñar un papel importante en una dieta equilibrada. Aunque no es particularmente rica en vitaminas o minerales, la fregola puede contribuir a una dieta saludable si se consume como parte de una variedad de alimentos. En los últimos años, la fregola ha comenzado a ganar popularidad fuera de Italia, apareciendo en menús de restaurantes y supermercados en Europa, América del Norte y más allá. Aunque todavía no es tan conocida como otras pastas italianas como el spaghetti o el ravioli, la fregola es cada vez más apreciada por los amantes de la comida que disfrutan explorando nuevas texturas y sabores.
En definitiva, la fregola es una pasta única, llena de historia, sabor y textura.
Su versatilidad y singularidad la convierten en una tentadora opción a tener en cuenta a la hora de variar nuestra dieta y explorar diferentes cocinas del mundo. Ya sea que decidas usarla en una suculenta sopa, una ensalada refrescante o un delicioso risotto, la fregola te proporcionará un auténtico sabor de Cerdeña.