El Hedonismo es una filosofía de la vida centrada en el placer y considerada como la meta suprema. Implica buscar orientar nuestros esfuerzos y nuestras decisiones hacia la búsqueda del mayor placer posible en la vida. Esta filosofía puede ser ilustrada de muchas maneras, desde la simplicidad de divertirse, hasta el deleite diario de una comida sabrosa. Habitualmente se entiende que el hedonismo se refiere al placer físico; sin embargo, esta filosofía también cubre modernamente el placer intelectual, el placer artístico, el placer estético y el placer existencial.
El hedonismo se considera como el sentido último de valor y significado de la vida y algunas veces se bromea de que el lema de los hedonistas es “más, más, más!”.
La palabra hedonismo surge de la palabra griega “hedone”, que etimológicamente significa placer.
Lo cierto es que esta filosofía nace de muy antiguas tradiciones de pensamientos que en Occidente parte de los antiguos griegos. Por ejemplo, los estoicos buscaban equilibrar el placer con la virtud, el epicureísmo ponía como eje el placer intelectual, así como el placer físico. El famoso filósofo griego Epicuro fue uno de los principales precursor de esta filosofía de vida y opuso los placeres desviados con los placeres naturales sencillos, señalando que el placer debe encontrarse en el aquí y ahora y no en la búsqueda de incesantes placeres desviados.
En el siglo XIX la filosofía hedonista se revivió gracias a filósofos como JS Mill y obras como el famoso ensayo “Utilitarianism”, donde afirma que el propósito último de nuestras acciones debe ser el mayor bienestar del mayor número de seres.
Esto nos lleva a otro elemento importante del hedonismo como filosofía de vida: el bienestar también incluye el placer que lleva consigo el hacer el bien a otros.
La filosofía hedonista tiene tanto nostálgicos adeptos como feroces detractores.
Para aquellos que han crecido con el misantropo de que “el placer es malo”, el hedonismo representa una negación de la negación de la vida como una serie de obligaciones y servidumbre; el hedonismo les habla de la belleza en la existencia, el goce del aquí y ahora, el deleite de gozar el canto de los pájaros, el baile bajo la luna, el amor.
Por otro lado, para los que insisten en que el hedonismo no ofrece ningún sentido al destino final de la vida, con uno mismo o con los demás, hay una solución: Estos filósofos afirman que el hedonismo debe ser complementado con el concepto de “Significado” o “Propósito”, para darle orientación a la existencia, permitiendo así libertad y responsabilidad, fomentando el valor y la trascendencia tanto en el campo individual como en la sociedad en general.
En conclusión, el Hedonismo es una filosofía de vida que se centra en el placer.
Implica buscar orientar nuestros esfuerzos y nuestras decisiones hacia la búsqueda del mayor bienestar posible, tanto individual como colectivamente, permitiendo una mayor libertad personal, responsabilidad social y una orientación basada en el significado y el propósito.
Lo importante es diversificar nuestros placeres, cuidando así de nuestra salud mental y física, al tiempo que nos diviertes, nos sentimos productivos, y siempre busquemos con motívos nobles la búsqueda de nuestros mayores deseos y sueños.
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