El insomnio es un trastorno del sueño común que puede dificultar el hecho de conciliar el sueño, mantenerse dormido o hacer que te despiertes demasiado temprano y no puedas volver a dormirte.
También es posible que no te sientas descansado al despertar.
Es habitual que el insomnio cause somnolencia diurna, agotamiento general, ira y frustración.
El insomnio puede ser un trastorno primario o puede ser comórbido con otras condiciones psiquiátricas y médicas.
Puede ser de corta duración (agudo) o de larga duración (crónico).
El insomnio agudo es común y a menudo es causado por situaciones como el estrés por eventos importantes de la vida, cambios repentinos en el horario de sueño o viajes. El insomnio crónico, por otro lado, dura al menos tres noches a la semana durante un mes o más. Este es generalmente un síntoma o efecto secundario de otros problemas de salud, ya sean físicos, mentales o de comportamiento. Hay varias causas posibles del insomnio, que incluyen el estrés, enfermedades, medicamentos y consumo de sustancias como la cafeína y el alcohol. También puede ser resultado de malos hábitos de sueño, como usar dispositivos electrónicos justo antes de acostarse o no tener un horario regular de sueño. Los síntomas de insomnio pueden variar, pero generalmente incluyen dificultades para conciliar el sueño, despertar frecuentemente durante la noche, tener problemas para volver a dormir y sentirse cansado al despertar. También puede haber cambios de humor, irritabilidad, dificultades de concentración, de rendimiento en el trabajo o en la escuela, y falta de energía o motivación. El diagnóstico de insomnio generalmente se basa en la historia clínica y del sueño del paciente. El médico o el especialista en sueño puede solicitar un diario del sueño para entender los patrones de sueño del individuo. En algunos casos, se pueden realizar pruebas de laboratorio o estudios de sueño para descartar otros trastornos del sueño. También se ha vinculado con afecciones de salud más graves, como la depresión, ansiedad, enfermedades cardíacas y diabetes. El tratamiento para el insomnio puede variar dependiendo de la duración y la causa subyacente del trastorno. En muchos casos, los cambios en el estilo de vida y la higiene del sueño pueden ser los primeros pasos hacia la mejoría. Esto puede incluir establecer una rutina regular de sueño, evitar el consumo de cafeína y alcohol, realizar ejercicio regularmente, y reducir el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarse. Los medicamentos también se pueden usar para tratar el insomnio, pero a menudo son más efectivos cuando se utilizan en combinación con cambios en el estilo de vida y la terapia cognitivo-conductual para tratar los problemas subyacentes que pueden estar causando el insomnio.
Si están experimentando insomnio, se recomienda hablar con un médico o un profesional de la salud para encontrar la mejor solución personalizada para usted.