La chia es una semilla diminuta proveniente de la planta Salvia hispanica, nativa de México y Guatemala. Esta planta se cultiva desde hace cientos de años por los pueblos indígenas de Centroamérica y ha sido tradicionalmente utilizada en una variedad de productos alimenticios, desde los piensos de gallina hasta los condimentos.
La chia se ha convertido en una semilla de tendencia en los últimos años debido a sus impresionantes propiedades nutritivas.
A primera vista, la chia podría parecer muy común.
Todos los granos tienen un aspecto similar, ¿verdad? Sin embargo, el tamaño de la semilla evidencia su gran contenido nutricional.
En primer lugar, la chia es un excelente alimento rico en fibra.
Una sola porción de 28 gramos contiene 10 gramos de fibra, lo que supone más del 40 por ciento de la cantidad diaria recomendada.
Esta fibra es ideal para mejorar la función digestiva y ayudar a evitar el estreñimiento.
Estos incluyen vitaminas del complejo B, como ácido fólico y niacina; minerales como hierro, calcio y magnesio; y vitaminas A y E. Esta cantidad de proteína puede ser especialmente importante para aquellos que siguen una dieta vegetariana o vegana. Otro aspecto interesante de la chia es que contiene ciertas grasas saludables conocidas como ácidos grasos omega-3. Estas grasas son esenciales para la salud y tienen una variedad de beneficios para el cuerpo, desde mejorar la salud cardiovascular hasta promover la salud mental y aliviar el dolor articular.
Una porción de 28 gramos contiene solo 137 calorías, lo que la convierte en un alimento ideal para las personas en dieta. Su alto contenido en fibra insoluble le da al cuerpo una sensación de saciedad que puede ayudar a controlar el hambre. También puede tomarse con una taza de agua tibia para obtener una mayor sensación de saciedad.