La violencia de género es una forma particular de violencia que afecta al ámbito privado, la relación de pareja y la calle Esta violencia se define a sí misma como cualquier acto de violencia física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, que tenga como víctimas a las mujeres, así como todos aquellos con una identidad o expresión de género diferente a la normativa, individualmente o en grupos.
Estos actos de violencia de género pueden presentarse tanto de manera concreta como simbólica, enfatizando el papel de subordinación de la mujer al hombre como norma social que, sin embargo, no es propio de todas las culturas, sino alimentado por el patriarcado.
La lucha contra la violencia de género se asienta sobre el principio de igualdad, reconociendo la diversidad de identidades de género y sexualidad, respetando la libertad e intimidad de cada persona y generando condiciones que permitan la prevención, promoción y protección de la igualdad de derechos de todas las personas.
Para entender cómo prevenir esta violencia es necesario tener en cuenta los mecanismos de dominación de las mujeres por parte de los hombres que, de alguna manera, mantienen la desigualdad entre los sexos y generan situaciones de violencia.
Cuestionar los estereotipos de género, visibilizar la normalización de la violencia entre los sexos «como un hecho aceptado», y poner fin a la impunidad Estas son acciones para abordar y superar los efectos de la discriminación a la que está sometida la mujerOtra forma de luchar contra la violencia de género es trabajando desde la educación: se trata de desarrollar progresivamente entornos escolares libres de violencia, formando a los alumnos en relaciones sanas, entornos igualitarios y una perspectiva de género y sexualidad diversa.
Esto conlleva educar en el nobinarismo, el rechazo a la violencia de género, el concepto de igualdad, el respeto por las personas y la lucha contra los estereotipos de género, entre otros.
Actualmente muchas personas se ven afectadas por la violencia de género a nivel social y cultural.
Como comunidad es necesario concienciar sobre la prevención de la violencia de género.
Para ello, es necesario relacionar dicha violencia con los valores, principios y derechos de las personas, con un enfoque de toma de responsabilidad, equidad y ética, para la prevención, el reclamo y la búsqueda de soluciones adecuadas.
En este momento, el trabajo individual y colectivo para poner fin a la violencia de género se puede mostrar realizando acciones, actuaciones y estrategias para prevenir la violencia y, a su vez, respetando, valorando y promoviendo la equidad de género.
Se ha de identificar situaciones, actitudes y prácticas sexistas que den lugar a la discriminación, a la desigualdad y al surgimiento de patrones de violencia de género Además, los estudios demuestran que la educación es un poderoso instrumento para la prevención de la violencia: en los ámbitos académico, familiar y comunitario, se ha de fomentar una cultura del apoyo entre iguales.
Esto se puede hacer mediante la puesta en práctica de diversas actividades docentes, tales como grupos de estudio, charlas, concursos, exposiciones, debates, etc Por último, los organismos, instituciones y empresas tienen una responsabilidad especial en la prevención, promoción y protección de las mujeres frente a la violencia de género A través de la realización de protocolos de atención es posible garantizar los derechos de las víctimas de violencia a través de la instalación de mecanismos de prevención y reparación, así como la investigación, el acompañamiento y la denuncia.
En definitiva, la prevención de la violencia de género se basa en la promoción de la igualdad y respeto entre todas las personas, sin discriminación alguna Esta prevención supone la toma de conciencia de esta problemática a través de la educación, el empoderamiento, los medios de comunicación o la legislación Por todo ello, es importante relanzar la necesidad de tomar medidas para prevenir la violencia de género.